PRENSA

Intenta boicotear al fútbol y verás lo que sucede, por Patricio Abramzon

Una vez más quedó demostrado que la pasión de multitudes todo lo puede. Ni los diplomáticos más persuasivos, ni el mismísimo sentido común podrían haber logrado lo que consiguió el partido clasificatorio para el mundial entre España e Israel. La ciudad asturiana de Gijón era la última gran urbe española que mantenía una resolución de boicot contra el Estado Judío; hasta que la federación nacional de fútbol decidió meses atrás nombrarla sede del encuentro entre la roja y el combinado israelí. Ahí se les cayó la estantería. A partir de ese momento, la confusión entre los partidarios del boicot fue tal, que no supieron si salir a protestar o correr a comprar boletos.