PRENSA

«Riesgo máximo» en la fiscalía que investiga la muerte de Nisman

En el edificio donde funciona la nueva fiscalía que investiga la muerte de Alberto Nisman, al mando de Eduardo Taiano, hay un pasadizo secreto. Está ubicado en el tercer piso. Conecta a esa propiedad con la de al lado. Nadie lo controla. Cualquier intruso audaz, sea quien sea, podría entrar o salir por allí sin ser detectado. ¿Con qué fines? Buenos o malos. No importa. El problema es que es una opción sin riesgo para su potencial protagonista. En el piso de abajo, el segundo, están las oficinas en las que trabajan Taiano y su equipo. Son, en total, seis personas. Los ascensores no funcionan. En sus despachos guardan información sensible sobre la investigación de la muerte violenta del fiscal del caso AMIA. Lo hacen en una habitación con paredes de mampostería barata, sin techo, que se cierra sólo con una puerta de madera con llave.