PRENSA

La música que Hitler no pudo deportar de Europa

En Italia, durante treinta años de dominación de los Borgia, hubo guerras, matanzas, asesinatos… Pero surgieron Miguel Angel, Leonardo y el Renacimiento. En Suiza, tuvieron quinientos años de amor, democracia y paz. ¿Cuál fue el resultado?… El reloj de cucú”. Es acaso la escena más perfecta de un film noir perfectamente europeo. Orson Welles/Harry Lime la escupe entre las sombras de Viena a su amigo –luego enemigo y perseguidor– Joseph Cotten/Holly Martins en El tercer hombre (1949). Escrita por el mismo Welles, el hombre que había aterrorizado a EE. UU. con su versión de La guerra de los mundos, es una frase que dice mucho sobre la perversidad de una guerra mundial auténtica. Hay una tesis que atraviesa el libro de Mike Zwerin Swing frente al nazi: el jazz como metáfora de la libertad: aquella que postula, como Harry Lime, que a mayor censura y barbarie, más rica la producción y circulación de cultura de un país. Más información.