PRENSA

Una doctrina contra el terrorismo, por Juan Félix Marteau

El terrorismo constituye una coacción directa a las instituciones jurídico-políticas de un Estado. Su gravedad reside en la violencia que imprime no sólo en el mundo empírico, con su saldo de muerte y destrucción material, sino también y, esencialmente, en el mundo de la cultura al poner en entredicho el modelo de vida que propone el orden normativo para lograr que la convivencia sea posible. La cuestión terrorista interroga, por tanto, el propio corazón del derecho y la política, concebidas estas esferas como los escenarios privilegiados en los que se opera la conversión del individuo vivo, como criatura psico-física, en una persona racional, socialmente responsable. Los balbuceos, las oscilaciones y las aporías que padecemos cuando intentamos comprender el efecto devastador que produce el acontecimiento terrorista tienen que ver con este desafío: cómo reaccionar racionalmente ante un acto que pretende erigir como criterio de referencia justamente la negación del otro, del que le resulta distinto. El resto de la nota.