PRENSA

La intifada de los incendios, Victor Zajdenberg

Las noticias que llegaban de Israel eran muy dolorosas y alarmantes. Miles de personas evacuadas por los incendios; edificios y casas consumidas por el fuego; el Tejnión, la Universidad y los Colegios de Haifa se habían cerrado por el peligro de que las llamas se acerquen por un cambio de los vientos; hospitales que reciben a pacientes afectados por el humo que envuelve a la ciudad y a los poblados cercanos y el intenso trabajo con agua de bomberos, equipos y avionetas que no alcanzan para apagar este desastre que ya había sido declarado como Estado de Emergencia Nacional.
Las redes sociales y los medios palestinos estallaron con festejos por el drama que provocaron los incendios y llaman a la “intifada del fuego”, intifada de los piromaníacos solitarios, a pesar de que, Mahmud Abbas, Presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), ofreció oficialmente su ayuda.
El Primer Ministro Benjamín Netanyahu ha manifestado que los incendiarios intencionales serán castigados con todo el peso de la ley mientras que su Ministro de Seguridad informaba a la prensa sobre la detención de varios implicados en estos delitos.
El Ministro de Educación Bennet sentenció que “Solo alguien a quien esta tierra no le pertenece sería capaz de quemarla” frase que recuerda la famosa sentencia bíblica del Rey Salomón dictada por el niño que se disputaban dos madres.
Un vecino de Haifa que tuvo que ser evacuado hacia el centro del país declaró: “Israel planta bosques con árboles para que los terroristas palestinos los conviertan en miles de fósforos con el fin de incendiarlos”.
Varios países han colaborado con Israel en esta grave emergencia, entre ellos Grecia, Chipre, Croacia, Italia, Turquía y Rusia hasta que, según el pronóstico del tiempo, el próximo jueves comiencen a llegar las anheladas lluvias aliviadoras.
Los evacuados de la ciudad de Haifa ya han vuelto a sus hogares habiéndose detectado 400 viviendas con daños muy serios y otras 400 con daños menores.
Por suerte y gracias a la rápida acción de los “Servicios de emergencia para el fuego” no hubo que lamentar muertes ni heridos de gravedad.