PRENSA

Argentina y la Unesco, por Víctor Zajdenberg

Si bien Rodolfo Terragno, Embajador de la Argentina ante la Unesco, resolvió esta vez abstenerse en la votación sobre el Estado de Israel como “potencia ocupante” de los “sagrados lugares palestinos de Jerusalem», lamento tener que decir que su voto fue insuficiente, injusto e inadecuado. En cuestiones históricas milenarias la abstención es semejante a una negación a la verdad arqueológica, nacional y religiosa representando, por lo tanto, un mero voto político sin fundamentos de ninguna naturaleza. Jerusalém, que actualmente es libre para la devoción de las tres grandes religiones monoteistas, fue cuna del Judaísmo y del Cristianismo miles de años antes de que apareciera en el léxico contemporáneo reciente el término «palestino». El señor Terragno justificó su voto diciendo que este habrá de servir para conservar la capacidad de “crear puentes”, soslayando que semejante falacia como la votada, solo puede conducir a un sendero totalmente contrario al pretendido. Es una pena que el importante esfuerzo que está realizando el actual gobierno nacional para reinsertar nuevamente a la Argentina en el concierto de las naciones civilizadas y desarrolladas del mundo se diluya con decisiones y actitudes como las efectuadas en la Unesco.