PRENSA

Una autocrítica que surge del mundo árabe, por Marcos Aguinis

Una revolución protagonizó el Concilio Ecuménico Vaticano II en los años 60, con el impulso del campechano papa Juan XXIII. Desde la Conferencia de Seelisberg, convocada en 1947 por Jules Isaac y Jacques Maritain, se empezó a trabajar en ese sentido. Se había tomado conciencia de que el origen del antisemitismo, que produjo monumentales tragedias, nació del antijudaísmo cristiano y su «enseñanza del desprecio», por considerar a los judíos un pueblo deicida. La judeofobia nazi se nutrió de ese odio enlazado a verticilos paranoicos. El resto de la nota.