El gobierno de Mauricio Macri parece decidido a cazar de manera definitiva el fantasma del ex juez español Baltasar Garzón, arropado por el kirchnerismo luego de su destitución, en 2012. Cinco meses después de su renuncia a la dirección del Centro Internacional para la Promoción de los Derechos Humanos, creado a su medida por la ex presidenta, el Gobierno puso en ese lugar a Claudio Avruj, actual secretario de Derechos Humanos y dueño de un perfil opuesto al del polémico ex magistrado español. En el Gobierno creen que Garzón, que durante años combinó sus giras y conferencias por el país y el mundo con un cargo con rango de secretario del gobierno argentino, no cumplía con el rol que le fue asignado y prometen cambiar el perfil del centro, que tiene el aval internacional de la Unesco. Ubicado originalmente en las antiguas oficinas de la empresa Tandanor, el Gobierno proyecta trasladar la sede del organismo a uno de los edificios desocupados en el predio de la ex ESMA, lugar donde la Secretaría de Derechos Humanos convive con organismos que permanecen alineados con el gobierno anterior, como Madres de Plaza de Mayo, Abuelas de Plaza de Mayo y la agrupación H.I.J.O.S. Más información.
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