PRENSA

«‎¿Minicrisis en el gobierno de Israel?», por Víctor Zajdenberg

Benjamín Netanyahu, Primer Ministro del Estado de Israel, venía observando la necesidad de ‎ampliar la base de su gabinete sustentado por una estrechísima mayoría de 61 ‎parlamentarios contra 59 (total 120) de los diversos partidos opositores.‎
Itzjak Hertzog, jefe del laborismo, se perfilaba como el candidato natural para la ampliación ‎del equipo ministerial pues, en los últimos tiempos, se estaba alejando bastante de sus ‎posiciones anteriores de centro izquierda hacia posturas más críticas referidas a las reiteradas ‎negativas palestinas al diálogo y a la UE (Unión Europea), en especial por las actitudes ‎relacionadas con la inicua y judeofóbica BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones).‎
La geopolítica del Medio Oriente transita, desde la frustrada “Primavera Árabe” (2011), por ‎senderos de indescifrables consecuencias; algunas trágicas como la de los 400.000 muertos ‎en Siria y los 10.000.000 de desplazados y refugiados de Siria e Irak, y otras posiblemente ‎favorables como la probabilidad de resolver el conflicto palestino-israelí.‎
Siguiendo las opiniones de diversos analistas objetivos sería la primera vez que se presenta ‎un cuadro de situación que contenga los siguientes puntos, interdependientes entre sí:‎
‎1.       El Reino de Arabia Saudita y los Emiratos (Sunitas) se encuentran enfrentados con la ‎República Islámica de Irán (Chiita) por motivos religiosos y de poder regional, conflicto militar ‎ya instalado por Irán en Yemen, en la frontera con Arabia. ‎
‎2.       Irán no oculta a nadie sus deseos de destruir el Estado de Israel y sus preparativos para ‎concretar dichos objetivos incluyen la presencia de militares iraníes en el Líbano, en la ‎frontera norte de Israel, donde la agrupación terrorista Hezballah dispone de decenas de ‎miles de combatientes, miles de lanzaderas y decenas de miles de misiles.‎
‎3.       Este nuevo escenario ha logrado que Arabia e Israel estén más cerca que nunca desde ‎los tiempos de las declaraciones conjuntas e intercambios epistolares entre el Emir Feisal  de ‎Arabia y el Dr. Jaim Weitzman del Movimiento Sionista, durante la 1ª. Guerra Mundial ‎‎(1914/1918).‎
‎4.       Se podría afirmar, casi con seguridad, que los ítems más arriba mencionados derivaron ‎en las recientes declaraciones sauditas donde vuelven a proponer la Propuesta de Paz ‎palestino-israelí, presentada por ellos hace varios años atrás, con la importantísima novedad ‎de que serían factibles realizar cambios que modifiquen el plan original.‎
‎ Las conversaciones entre Netanyahu y Hertzog se dilataban pues este último encontraba ‎obstáculos, dentro de su propia agrupación del Campo Sionista, para aceptar el ingreso al ‎gobierno, incluso con el ofrecimiento del Primer Ministro de concederle el vital Ministerio de ‎Relaciones Exteriores.‎
Mientras se desarrollaban estos hechos surge lo que algunos han llamado una “minicrisis” ‎entre Netanyahu y su Ministro de Defensa Moshe Yaalon quien, en pleno desarrollo de los ‎ataques palestinos con cuchillos, rodados y otros elementos mortales, comenzó a priorizar en ‎el FDI (Fuerza de Defensa de Israel) procedimientos de comportamiento ético, para los ‎soldados que debían detener dichas agresiones, que colisionaban con la necesaria seguridad ‎de vida que los mismos necesitaban. ‎
Resultó evidente que Yaalon exageró la aplicación del “Código moral del Tzahal (FDI)” sin ‎pensar que en momentos de extremo peligro de vida la reacción de cualquier ser humano, ‎sea soldado o no, puede producir lamentables daños colaterales que no siempre se pueden ‎evitar.‎
Pero la gota que rebalsó el vaso fue la utilización mediática con el que Yaalon planteó el tema, ‎dando una cadena de conferencias de prensa no consultadas y menos autorizadas, ‎erigiéndose en el supuesto paladín de los derechos humanos y de la ética nacional. ‎
Así es como Netanyahu decide con rapidez reemplazar, como Ministro de Defensa, a Yaalon ‎por Avigdor Liberman, quien le proporciona 6 parlamentarios adicionales que le dan una más ‎que necesaria tranquilidad de 67 escaños a la coalición gobernante.‎
Algunas voces criticaron la decisión de Netanyahu alegando que Liberman es un extremista  ‎de derecha y un ultranacionalista que obstaculizará cualquier tratado de paz con los ‎palestinos, a las que Netanyahu respondió enfatizando que el responsable de la seguridad ‎nacional es él.‎
Es verdad que Liberman es un nacionalista pero no por ello está contra una “paz verdadera” ‎que contemple la seguridad del Estado de Israel ya que, tiempo atrás, manifestó que si se ‎llegara a un acuerdo definitivo con la Autoridad Palestina él estaría dispuesto a abandonar ‎Nokdim, su hogar actual en Yehuda y Shomrón (Judea y Samaria).‎
Uno de los alaridos escuchados fue el de Nasrallah, el líder terrorista de Hezballah en el ‎Líbano diciendo: “Liberman está loco”. Es el mismo que hace un par de meses atrás vociferó ‎contra todo el mundo árabe, acusando a Arabia y a Los Emiratos de integrar una ‎‎“conspiración internacional contra él y su movimiento”.‎
Otro de los que trinan contra Liberman es el Hamas, la organización terrorista que usurpa la ‎Franja de Gaza y que conoce muy bien el “Programa Liberman” cuyo cronograma, en el caso ‎de que inicien otra guerra contra Israel, comienza por liberar a los habitantes de Gaza de la ‎tiranía integrista, continúa liquidando al Hamas y finaliza con la transferencia de la Franja al ‎control de las Naciones Unidas (ONU). ‎
Liberman acuerda con el ideario de la  mayoría de los israelíes que desean la aplicación de ‎actitudes de reciprocidad con el tono desafiante y las posturas de permanente violencia por ‎parte de los palestinos en general (más del 70% aprueba la “intifada de los cuchillos” según la ‎Pew Int) y en especial el Hamas, el Hezballah e Irán quienes directamente y sin tapujos ‎expresan, al igual que Hitler lo hiciera en su libro “Mi Lucha”, el objetivo de destruir al Estado ‎de Israel y asesinar a los judíos que la integran.‎
Quizás haga falta, en este mundo cínico e hipócrita, alguien que no sea políticamente ‎correcto; una voz fuerte que diga las verdades que otros no pueden o no deben decir y que ‎ayude a enfrentar la irracionalidad y la banalidad generalizada de organizaciones degradadas ‎y países decadentes como la ONU, la UNESCO, la Unión Europea y el actual ejecutivo de los ‎EE.UU.‎
El laborismo israelí se encuentra en una encrucijada que debería resolver con rapidez pues si ‎le permitiera a Hertzog acceder al fundamental Ministerio de Relaciones Exteriores, el ‎gobierno de Netanyahu estaría adquiriendo gobernabilidad, fortaleza y un equilibrio político ‎sustancial para encarar el problema palestino y los cortocircuitos en las relaciones ‎internacionales. ‎
Los posibles avances en esos campos, podrían frenar el declive que sufre actualmente el ‎Partido Laborista, con el valor agregado de poder exhibir su aporte a los logros de los ‎objetivos pacificadores que se puedan conseguir, tanto internos como externos; aspiraciones ‎que son, en definitiva, los de la gran mayoría de la población israelí.‎
Podría afirmarse entonces que esta minicrisis que se ha producido en el gobierno de Israel es ‎en realidad una oportunidad que se ha presentado para mejorar la propia política interna con ‎ambiciones de progresar también en el ámbito de la política externa, tanto regional como ‎internacional.‎