La sonrisa adolescente que ilumina la muestra Ana Frank, una historia vigente irrumpe desde la tarjeta que se entrega a los visitantes. Es una invitación a revisitar una de las páginas más oscuras de la historia de la humanidad: el nazismo. En el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA se inauguró hace unos días esta exposición compuesta por seis o siete objetos originales, el facsímil de una página del Diario de Ana Frank, y 33 banners donde, con un criterio didáctico, se cuentan las circunstancias del ascenso de Adolf Hitler al poder en Alemania, la irrupción del nazismo, el Holocausto y, ya particularmente, la historia de la familia Frank. Hasta el 15 de marzo, la exhibición se dirigirá a los públicos que más necesitan conocer la historia de Ana, que quizá ni siquiera estudian en las escuelas: los niños y los jóvenes. Entre los objetos, que aporta a la muestra la Casa Ana Frank Argentina, se encuentra un libro original, en cuyo interior se esconde un transmisor de radio con el que la resistencia operaba desde la clandestinidad; otro libro ahuecado en sus páginas para esconder rollos de documentos secretos encriptados, brazaletes nazis, la estrella de David amarilla que la Gestapo obligaba a los judíos a coser en sus ropas, un facsímil de dos páginas del Diario, sellos y documentos falsificados y ediciones del libro de Ana Frank en chino y persa, entre los más de 60 idiomas en los que fue publicado.
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