PRENSA

Así fue Auschwitz. Por Primo Levi

Nunca fuimos muchos: éramos tan sólo unos cuantos centenares, de demasiados miles de deportados, los que hace treinta años trajimos de vuelta a Italia y expusimos ante el atónito estupor de nuestros seres queridos (quienes todavía los conservaban) el número azulado de Auschwitz tatuado en el brazo izquierdo. De modo que era verdad lo que contaba Radio Londres; era verdad, al pie de la letra, lo que había escrito Aragon, “marqué comme un bétail, et comme un bétail a la boucherie” [“marcado como ganado, y como ganado en la carnicería”]. (…). Fue a nosotros (y no por nuestras virtudes) a quienes nos correspondió vivir una experiencia fundamental, y aprender un par de cosas sobre el hombre que sentimos la necesidad de divulgar. Pudimos darnos cuenta de que el hombre es un sojuzgador: y de que lo sigue siendo, a pesar de milenios de códigos y tribunales. Muchos sistemas sociales se proponen refrenar ese impulso hacia la iniquidad y el atropello; otros, en cambio, lo alaban, lo legalizan y lo señalan como extremo objetivo político. Sistemas como ésos pueden ser tachados, sin forzar en absoluto los términos, de fascistas. Ver Nota Completa en: http://www.perfil.com/columnistas/Asi-fue-Auschwitz-20160103-0002.html.