PRENSA

Debemos estar presentes para seguir diciendo ¡Nunca Más! Por Dobrat Zilberstein

A los 16 años me entere que podría no haber nacido. Mi abuelo estuvo 24 meses en el campo Koldichevo. En ese periodo 22.000 personas fueron asesinadas allí. La mayoría judíos. Después de dos años de torturas y trabajo forzado, tuvo la oportunidad de escapar, y la tomó. Meir escapó a los extensos bosques de Baranovich y se sumó al grupo de los Partisanos. En el bosque conoció a Ester, una joven valiente, que a su vez había escapado del Ghetto Novogrudek, quién luego se convirtió en su compañera, hoy, mi abuela. Allí se encontraron, en un crudo invierno europeo, entre la lucha por sus vidas y la búsqueda constante de refugio y comida. Nació así un amor sin fronteras, tan profundo que nunca se apagó. Ver Nota Completa en: http://www.visavis.com.ar/2015/02/debemos-estar-presentes-para-seguir.html