Una violencia «abominable» que nada podrá jamás «justificar» y que debe llevar a «oponerse con todos los medios a la difusión del odio» expresó el papa Francisco manifestando así su «condena más firme» al «horrible atentado esta mañana en la ciudad de París»; recordó en sus plegarias «al elevado número de víctimas y el sufrimiento de los heridos y de las familias de los muertos » y también subrayó que se trata de un ataque que «sembró la muerte y generó la consternación de toda la sociedad francesa», además de perturbar «profundamente a todas las personas amantes de la paz, más allá de las fronteras de Francia». Y agregó que cualquiera haya sido su motivación, «la violencia homicida es abominable, nunca justificable, la vida y la dignidad de todos deben ser garantizadas y protegidas con decisión», enfatizando que «toda instigación al odio debe ser rechazada y el respeto a la vida del otro debe ser cultivado».
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