Tras más de 25 días de la ofensiva militar israelí en Gaza, la onda expansiva del conflicto llegó ayer a Jerusalem. Allí un joven palestino que manejaba una excavadora embistió y mató a un judío ortodoxo y luego chocó contra un autobús. Tras el ataque, el palestino recibió disparos de agentes secretos y policías –que custodian las calles por estos días– y murió unos minutos después. El ataque se produjo en una carretera situada en el límite entre Jerusalem Este y Oeste. En ese lugar, con una gigantesca topadora Hyundai, el joven primero atropelló un automóvil que manejaba un rabino joven. La excavadora prosiguió su camino y descargó su fuerza sobre un autobús que salía de ese barrio. La reacción fue inmediata porque atentados de este tipo habían sucedido en Jerusalén antes del comienzo del conflicto en al menos tres ocasiones. También ayer, en las inmediaciones del monte Scopus, un hombre en una motocicleta había disparado a un soldado israelí, que resultó herido de gravedad, y se refugió en el barrio árabe de Wadi Joz.
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