PRENSA

Fuerte avance de la ultraderecha en el Parlamento de la Unión Europea

La Unión Europea (UE) se creó para evitar que los nacionalismos ensangrentaran una vez más un continente que habían dejado dos veces como un páramo de cenizas. Pero el sueño de la unión continental, resquebrajado en los últimos años por el declive económico de las clases medias y el aumento de la xenofobia y el racismo, sufrió ayer otra grieta. Un día después de un ataque terrorista antisemita en Bruselas que dejó cuatro muertos, el centro–derecha ganó –como se preveía– los comicios para el Parlamento europeo seguido muy de cerca por la socialdemocracia, pero ambos no pudieron impedir que los “euroescépticos” y populistas lograran un histórico avance. Los resultados muestran la división del bloque, con un norte que entiende que se le obliga a pagar por el sur y un sur que se ve como un experimento económico que genera graves daños sociales. A eso se le añade el rechazo a la inmigración que también fomenta la xenofobia. El terremoto político llegó por el avance de una heterogénea amalgama de partidos euroescépticos y ultraderechistas, con una sacudida brutal en Francia y fuertes réplicas en el Reino Unido, Dinamarca y Austria.