Esta vez no hubo polémica. Tampoco hubo quejas contra el Gobierno. Nadie hizo referencia al Memorándum que selló la Argentina con Irán en el marco de la investigación del atentado contra la AMIA-DAIA. Sí, en cambio, hubo mucha frustración y decepción por los escasos avances de la Justicia. Pero, como siempre, fue la esperanza el sentimiento que mancomunó a la gran mayoría de las personas que se acercaron ayer al acto conmemorativo por el atentado contra la embajada de Israel en Buenos Aires, perpetrado hace 22 años -fue el 17 de marzo de 1992- y que dejó un saldo de 29 muertos y 242 heridos. Los oradores fueron Carlos Susevich, en representación de los familiares de la víctimas; Itzjak Shoham, director general adjunto para América latina y el Caribe de la cancillería israelí y Dorit Sahvit, embajadora de Israel en nuestro país. Del acto participó Julio Schlosser, presidente de la DAIA, quien aseguró que «es un año más en el que los únicos culpables son las víctimas, porque si no hay justicia la culpa recae sobre ellas. No lo podemos permitir; exigimos que la causa se reavive porque está en estado de somnolencia. Esto no es tolerable como judío ni como argentino. No les hace bien a la Justicia ni a la Argentina». Foto gentileza Leonardo Kremenchuzky.
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