Dos noticias llegaron casi al mismo tiempo. El partido de derecha húngaro Jobbik organizó su congreso electoral en el edificio donde antes funcionó una sinagoga en la ciudad de Esztergom. Manifestantes intentaron frustrar el evento, pero la policía lo impidió. Paralelamente, en la ciudad búlgara de Plovdiv se desarrollaron hechos dramáticos. Allí el escenario era una mezquita atacada por una muchedumbre de nacionalistas y fanáticos del fútbol. Petardos y piedras volaban contra el edificio. ¿Qué habrá indignado tanto a los gamberros? Es que la comunidad musulmana intenta recuperar a través de los tribunales la antigua mezquita que fue confiscada cien años atrás. En general, las tentativas de los musulmanes de Bulgaria de restablecer sus derechos sobre veintinueve mezquitas afronta la sorda desaprobación de la sociedad búlgara. Los incidentes en Bulgaria y Hungría tienen diferente esencia, aunque la raíz es la misma: la intolerancia. Ver Nota Completa en: http://spanish.ruvr.ru/2014_02_18/Las-periferias-de-la-UE-dan-la-senal-de-SOS-8353/
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