PRENSA

Un valiente como Schindler

En Alemania Weidt, está siendo comparado con su mucho más famoso contemporáneo Oskar Schindler, ‎cuya historia contó Spielberg. El dueño de una fábrica de cepillos, que era no vidente, tuvo su película ‎tributo: El héroe ciego.‎
Una nueva película cuenta la historia de un desconocido Schindler: el dueño de una fábrica que ocultó a ‎sus empleados judíos de la Gestapo e hizo lo imposible para salvar a una empleada de la que se había ‎enamorado.‎
En el verano de 1944, una postal flotaba en las vías en algún lugar entre el campo de concentración de ‎Theresienstadt y Auschwitz. Había sido tirada entre los tablones del piso de uno de vagones sucios y sin ‎aire usados para transportar la aterrorizada carga humana de la Europa ocupada a las cámaras del gas del ‎Holocausto.‎
La carta era la última esperanza de sobrevivir. La había escrito una mujer judía de 23 años desesperada ‎llamada Alice Licht. Estaba a bordo del tren de la muerte con toda su familia. Milagrosamente, alguien ‎encontró la tarjeta en las vías y la envió a la dirección de un propietario de una fábrica de cepillos de ‎Berlín, llamado Otto Weidt. Weidt había sido el patrón alemán no judío de Alice. Al recibir su postal ‎varios días después, partió inmediatamente para Auschwitz para intentar persuadir a las autoridades de ‎que la liberaran a ella y a su familia. Para entonces, Alice había sido trasladada a otro campo y el resto de ‎su familia había sido asesinado en las cámaras de gas.‎
Pero Otto no se dio por vencido en su lucha por salvar a su ex empleada. Logró contactarla mientras ‎todavía estaba en poder de los nazis. Arregló una casa
segura cerca del campo y planeó su huida. Su oportunidad llegó meses después de ser enviada a ‎Auschwitz. En enero de 1945, mientras el Ejército Rojo soviético avanzaba hacia Berlín, las autoridades ‎nazis comenzaron a evacuar sus campos de concentración en Europa oriental. Alice logró escapar a la casa ‎segura arreglada por Weidt durante lo que luego se conoció como “marchas nazis de la muerte” de los ‎campos. Cientos murieron en esas marchas forzadas. Pero con la ayuda de Weidt, Alice huyó de sus ‎captores, y logró llegar a Berlín y a su salvador. El la mantuvo escondida hasta que finalmente los nazis ‎fueron derrotados en mayo de 1945.‎
Alice Licht fue sólo una de las docenas de judíos a quien Otto logró salvar del Holocausto nazi. En ‎Alemania actualmente está siendo comparado con su mucho más famoso contemporáneo, Oskar ‎Schindler, el propietario de una fábrica retratado en la película de Steven Spielberg La lista de Schindler, ‎quien también salvó a muchos judíos del Holocausto. Pero lo que hace tan especial y tan asombrosa la ‎historia del desconocido Otto Weidt es el hecho de que era ciego.‎
El canal de televisión alemana ARD le rindió tributo al hasta ahora desconocido héroe Otto Weidt por ‎primera vez en una película llamada El héroe ciego. Se basa casi exclusivamente en los relatos y memorias ‎de Inge Deutschkron, la célebre escritora judía alemana de 92 años, a quien Weidt también salvó de los ‎nazis. Primero la empleó. Luego la ocultó a ella y a su madre en direcciones secretas en Berlín hasta el fin ‎de la guerra. Su aclamada obra Yo usé una Estrella Amarilla es un relato de cómo sobrevivió en el Berlín ‎de los nazis.‎
Otto Weidt, que era un cincuentón cuando estableció su fábrica de cepillos en Berlín, aparentemente para ‎ayudar a la guerra nazi, está protagonizado por el actor Edgar Selge. Deutschkron comentó en una ‎entrevista antes que se estrenara la película: “Lo más importante es que le enseñaron cómo moverse como ‎un ciego, como preparación para el papel”. El héroe ciego muestro lo distinto que era Weidt de su ‎contemporáneo Schindler. Mientras este último parecía haber comenzado a salvar a los judíos de los nazis ‎casi como algo secundario a manejar su fábrica, Weidt era un anarquista y un ferviente antinazi que odiaba ‎a Hitler desde el primer momento. Se dispuso a salvar a aquellos perseguidos por el régimen y empleó a ‎judíos, muchos de los cuales también eran ciegos, en su fábrica.‎
Inge Deutschkron recuerda cómo Weidt usaba su talento como brillante mentiroso e ingenioso estafador ‎para engañar a los nazis. Ella era una de las pocas personas con visión normal en la fábrica Weidt y trabajó ‎como recepcionista telefónica desde 1941 en adelante. Weidt debía entregar toda su producción a la ‎maquinaria de guerra de los nazis Wehrmacht. Pero como explica Deutxchkron: “En aquellos días un ‎cepillo para caballos era un muy buen regalo de bodas”. Weidt eligió comerciar sus productos en otro ‎lugar. La mayor parte de sus productos eran vendidos en el mercado negro a la cadena de tiendas alemana ‎Karstadt.‎
El dinero obtenido de la venta ilícita de cepillos era usada para comprar bienes de lujo con los que Weidt ‎solía sobornar a la Gestapo para que no se metiera con sus empleados judíos, así evitando su deportación a ‎los campos de la muerte. Compró cajones de champagne, cajas de cigarros caros y perfumes para “la ‎querida señora” y así abastecía a los secuaces de Hitler. Estos agradecidos recibían los difícilmente ‎disponibles regalos. La promesa de más aseguraba que Weidt no fuera molestado.‎
‎“La película no puede recrear el temor que sentíamos”, dice Inge Deutschkron, “pero tampoco puede ‎devolvernos la alegría que experimentábamos después de que Otto lograba salvar la vida de su personal ‎con su “perfume para la señora”. En 1943, los nazis declararon que había llegado el momento de que ‎Berlin quedara totalmente Judenrein (libre de judíos) y Weidt se vio obligado a encontrar lugares para sus ‎empleados para soportar hasta el resto de la guerra. No todos ellos escaparon de los campos de la muerte. ‎Inge Deutschkron y su madre fueron mudadas de un escondite a otro.‎
Al año siguiente la postal de Alice Licht cayó en el buzón de Weidt. Ella era un ex empleada que no había ‎logrado escapar. Pero como lo revela la película, a pesar de la diferencia de edad, Otto Weidt estaba a esta ‎altura desesperadamente enamorado de ella. Sus sentimientos explican porqué, en su papel de viajante de ‎cepillos, Weidt hace una apuesta alocada y viaja a Auschwitz en un intento de rescatarla. Al final lo logró. ‎De regreso a Berlín después de su huida de la marcha de la muerte, Alice fue escondida por Weidt hasta ‎el final de la guerra unos tres meses más tarde. Pero Alice Licht no se quedó con él mucho tiempo después ‎de mayo de 1045. Emigró a Estados Unidos. Otto Weidt no la vio nunca más. Murió dos años más tarde, ‎en 1947.‎
Inge Deutschkron dice que sus esfuerzos por salvar a gente como ella lo presionaron mucho. En 1993 ‎dispuso que se instalara una placa recordatoria de sus hazañas en el lugar de su ex fábrica en Berlín. Años ‎más tarde, después de su muerte, Otto Weidt fue honrado con el título de “Justo entre las Naciones del ‎Mundo” en el memorial Yad Vashem de Israel.‎