PRENSA

El funeral del nazi encendió los ánimos

Golpes y patadas contra el coche fúnebre y cartelones que decían «Asesino», «Somos todos antifascistas», pero también el saludo de orgullosos nazifascistas, recibieron ayer por la tarde el féretro del SS Erich Priebke en la localidad de Albano Laziale, distante unos 20 kilómetros de la capital italiana, donde los correligionarios del nazi encontraron finalmente un lugar, después del rechazo de toda Roma, para celebrar el funeral del oficial muerto el viernes pasado a los cien años. Fueron los sacerdotes lefebvreanos de la Confraternidad San Pio X de Albano Laziale los que ofrecieron su iglesia para la celebración. Fundada por el arzobispo francés Marcel Lefebvre, la confraternidad es una organización católica ultraconservadora, que fue expulsada de la Iglesia y Lefebvre excomulgado, durante el papado de Juan Pablo II, por rechazar las enseñanzas del Concilio Vaticano II e insistir con la misa en latín. Algunos de sus exponentes, incluso, niegan el Holocausto.