Finalmente, el fiscal especial de la causa AMIA, Alberto Nisman, hizo público ayer el extenso dictamen que había prometido cuando la colectividad judía local salió a rechazar el memorandum de entendimiento firmado a fin de enero por los gobiernos de Cristina Kirchner y Mahmud Ahmadinejad. En su dictamen de 500 hojas de las cuales la prensa pudo acceder a un resumen de tres carillas, el fiscal acusó a Irán de haber armado una red terrorista en Sudamérica para exportar la revolución islámica, lo que apunta a demostrar vínculos directos entre la República Islámica de Irán y el ataque terrorista a la mutual judía de 1994, que dejó 85 muertos. Nisman asegura que el país persa instaló «estaciones de inteligencia» en «Brasil, Paraguay, Uruguay, Chile, Colombia, Guyana, Trinidad y Tobago, y Surinam». El atentado a la AMIA, para el fiscal, habría sido parte de ese «engranaje» de «penetración» en la región, y que todo lo por él corroborado fue por «instrucciones impartidas por Teherán». Nisman apuntó directamente contra Moshen Rabbani, agregado cultural de Irán en Argentina al momento del atentado, de estar a la «cabeza» en la promoción del ataque de 1994, y dice que fue «el coordinador» de la penetración en Sudamérica, sobre todo en Guyana, junto a un supuesto discípulo, a quien identifica como Abdul Kadir, referente iraní en Guyana entre otros cargos. Nisman menciona al ciudadano Samuel Salman El Reda, como el supuesto máximo responsable de la conexión local, y quien con ciudadanía colombiana falsa habría entrado fácilmente a la Argentina años antes del antentado. Dice que ahora es prófugo.
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