PRENSA

Editorial: Justa condena a Irán

Ocurrió en Ginebra, en el seno del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones ‎Unidas. La Argentina, que acaba de ratificar, contra la clarísima opinión ‎mayoritaria de su propio pueblo el lamentable memorándum de entendimiento ‎suscripto con Irán, se sumó esta vez a los votos a favor de la sanción dispuesta ‎contra ese país, por sus múltiples y gravísimas violaciones de los derechos ‎humanos y libertades individuales de su pueblo.‎
La sanción se dispuso mediante una resolución específica, que resultó aprobada ‎por el mencionado Consejo, por 26 votos a favor y tan sólo 2 en contra. Hubo ‎nada menos que 17 sugestivas abstenciones por parte de algunos países que ‎muestran de ese modo tan extraño no estar para nada comprometidos con la ‎defensa de los derechos humanos o quizá, peor, estar intimidados por la conducta ‎iraní.‎
Como es normal, la condena fue consecuencia del informe del relator del Consejo ‎para Irán, en el que se detalla una serie de diferentes violaciones de los derechos ‎humanos del pueblo iraní, ocurridas en medio de lo que se define como una ‎‎»cultura de la impunidad».‎
Cabe apuntar que Irán no ha mostrado, en modo alguno, la celeridad que impuso ‎el gobierno de nuestro país para ratificar, a tambor batiente, en el Congreso de la ‎Nación el mencionado memorándum de entendimiento, que aún no ha sido ‎ratificado por el Parlamento iraní. La notoria falta de transparencia a la que ‎desgraciadamente nos tiene acostumbrados nuestro cuestionado canciller no nos ‎permite estimar razonablemente cuándo podría ocurrir la ratificación iraní. Por ‎ello, la posible toma de las declaraciones a los acusados por el atentado ‎perpetrado en 1994 contra la AMIA se dilata en el tiempo.‎
Debe destacarse, asimismo, que Venezuela votó -como es su costumbre- en ‎contra de sancionar a Irán, pese a la abundante evidencia de las violaciones de ‎los derechos humanos que el Consejo puso a disposición de sus miembros. No se ‎trata de algo sorprendente, atento a que Venezuela -en actitud coherente con su ‎desprecio por la defensa de los derechos humanos- acaba de abandonar el Pacto ‎de San José de Costa Rica, sin que en nuestra condescendiente región haya ‎aparecido una reacción condenatoria ante tamaña actitud, que, lamentablemente, ‎deja sin protección independiente a los derechos humanos y libertades civiles y ‎políticas del pueblo venezolano. Por su parte, Ecuador, pese a la intimidad de su ‎gobierno con el régimen teocrático iraní, decidió abstenerse.‎
Brasil, Perú, Chile, Costa Rica y Guatemala, haciendo honor a la tradición de ‎nuestra región y seriamente preocupados por todo lo que en materia de derechos ‎humanos sucede en Irán, votaron a favor de las sanciones a Irán, del mismo ‎modo en que, finalmente, se pronunció también la República Argentina. Cabe ‎recordar que nuestra región ocupa ocho bancas en el Consejo de Derechos ‎Humanos de las Naciones Unidas.‎
La condena a Irán por parte de la Argentina constituye un dato positivo frente a ‎otras actitudes con frecuencia hipócritas a la hora de defender las libertades de ‎los pueblos.‎