PRENSA

Yuli Edelshtein: «El acuerdo de la Argentina con Irán es como aliarse con el diablo»

El ministro de Esclarecimiento y Diáspora de Israel objetó el memorándum que se firmó con Ahmadinejad; ‎preocupación por la violencia contra la comunidad judía en la Argentina.‎

Yuli Edelshtein tiene una sensibilidad especial para todo lo que sea el vínculo entre Israel y las ‎comunidades judías del exterior. Nació en la ex Unión Soviética y su interés por el Estado judío le costó ‎caro: durante tres años fue «prisionero de Sion», término con el que se conoce a quienes eran encarcelados ‎por la KGB debido a su pedido de visa de emigración a Israel. En 1987 llegó a Israel, poco después ‎comenzó a participar en política y actualmente es, como miembro del partido de gobierno Likud, ministro ‎de Esclarecimiento y Diáspora.‎
Desde este lugar, Edelshtein sigue con preocupación lo que está ocurriendo en la Argentina en relación ‎con el acuerdo con Irán por la causa del atentado contra la AMIA y en diálogo con LA NACION ‎cuestionó ese entendimiento.‎
‎-¿Qué opinión le merece el acuerdo de Irán y la Argentina?‎
‎- Lamentablemente, como toda persona normal, al oír que Irán va a participar en la investigación del ‎atentado contra la AMIA, pensé enseguida que esto es como darle al gato que cuide la leche. Nadie tiene ‎dudas de que Irán es responsable de este atentado, habiendo estado involucrado inclusive un ministro del ‎gobierno actual de Irán. Es un país que dice abiertamente que hay que destruir a Israel y al sionismo. ‎Cuesta entender este acuerdo. Es como aliarse con el diablo.‎
‎-¿Le preocupa la comunidad judía de la Argentina?‎
‎- Por supuesto. Israel se preocupa por la situación de las comunidades judías . La de Argentina es grande y ‎fuerte. Pero lamentablemente basta con estudiar los informes anuales sobre el estado del antisemitismo en ‎el mundo, que no son alentadores. América latina es uno de los focos más difíciles, más que nada porque a ‎menudo la fuente de ese antisemitismo moderno viene de países árabes, de Irán, del islam radical. Es ‎muchas veces antisionismo que se presenta como antisemitismo. No diría que la situación en la Argentina ‎es la más preocupante a nivel mundial, pero, lamentablemente, el fenómeno existe y a veces se agrava no ‎sólo numéricamente, sino también cualitativamente, o sea que no siempre lo que sucede es que alguien ‎escribe un grafiti hostil, sino que también hay incidentes violentos.‎
‎-¿Tuvo contactos con la comunidad judía en la Argentina?‎
‎- Por supuesto. Estuve en Buenos Aires hace tres años y hablamos de todos estos temas. Dicho sea de ‎paso, me reuní en su momento también con gente del Gobierno, entre ellos, el ministro de Relaciones ‎Exteriores [Héctor Timerman]. En esos encuentros la postura que se expresa es claramente contraria al ‎antisemitismo y a todo tipo de manifestación violenta contra la comunidad judía, pero si luego oímos, ‎como ahora, que asocian a Irán en la investigación de un atentado del cual Irán es responsable, uno ya no ‎sabe qué pensar y siente dudas sobre la sinceridad de aquellos diálogos.‎
‎-¿Cómo ve usted esta situación, en la que organizaciones o Estados, como Hezbollah e Irán, ‎declarados enemigos de Israel, eligen como blanco a una institución judía en Buenos Aires?‎
‎- Sabemos que los principales blancos de organizaciones terroristas como Hezbollah, que actúa en ‎coordinación con Irán, son representaciones diplomáticas israelíes o figuras israelíes de alto nivel en el ‎exterior, pero casi al mismo nivel, están como blancos las instituciones judías, sinagogas, centros ‎comunitarios. Casi no hay diferencia en el exterior.‎
‎-¿Cuál es a su criterio la intención de la Argentina de firmar un acuerdo con Irán?‎
‎- Sinceramente me cuesta comprenderlo. Allí dicen que quieren avanzar en el tema, pero a mí me parece ‎que hay otro elemento. No quieren enojar a los iraníes, quizás esperan encontrar algún chivo expiatorio al ‎que puedan echar las culpas… no sé.‎
‎-Usted como ministro de Diáspora observa un vínculo especial con los judíos que viven en el ‎exterior…‎
‎-Así es. Hay una mutua responsabilidad entre Israel y las comunidades judías, pero no es Israel, sino el ‎gobierno en cada país, especialmente en países democráticos, el responsable de la seguridad de sus ‎respectivas comunidades judías, que son sus ciudadanos. A su vez vamos a intervenir si los judíos son ‎perseguidos.‎
‎-El canciller Timerman comentó algo así como que no va a cambiar la política exterior de la ‎Argentina porque le tenga que agradecer a Israel por haber salvado a su padre Jacobo de la ‎dictadura militar. ¿Hay de parte de Israel una intención de este tipo?‎
‎- No. En absoluto. No le dicto moral a nadie. Lo que espero es lo que espero de cualquier otro ministro en ‎el gobierno argentino, judío o no judío: que luchemos juntos en lo relacionado al terrorismo y contra los ‎judíos. Eso lo tiene que hacer cualquier autoridad y no tiene nada que ver con lo que le pasó al padre del ‎canciller.‎