PRENSA

España investigará a los diplomáticos que protegieron a judíos durante el Holocausto

El ministro de Asuntos Exteriores, Manuel García Margallo, ha anunciado que el ‎Ministerio de Asuntos Exteriores va a ordenar un trabajo de investigación sobre la ‎labor de los diplomáticos españoles de aquella época, para así “sacar a la luz a los ‎justos que aún no han sido reconocidos”, en el acto celebrado en el Senado con ‎motivo del Día Oficial de la Memoria del Holocausto y la prevención de los ‎crímenes contra la humanidad.‎
En este sentido, ha recordado a los diplomáticos, como Ángel Sanz Briz, que ‎‎“supieron estar en ese momento a la altura de las circunstancias” y dieron ‎protección y salvación a muchos judíos “aun a riesgo” de las consecuencias.‎
Asimismo, ha destacado el “compromiso del gobierno” y el suyo propio en la lucha ‎contra el antisemitismo y todas las formas de discriminación a través de la ‎tipificación en la modificación del Código Penal de las conductas negacionistas o ‎del permiso para la adquisición de la nacionalidad española por parte de los judíos ‎sefardíes. Además, ha asegurado que, desde su Ministerio también honran el ‎legado judío “que tanto enriqueció a España” y pretenden “incorporar ese legado a ‎la marca España”.‎
La democracia como antídoto
Por otro lado, el presidente del Senado, Pío García-Escudero, y el ministro de ‎Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, han defendido la democracia y el sistema de ‎valores que lo sustenta —libertad, igualdad y justicia— como “único antídoto” ‎contra el caldo de cultivo en que pueden brotar los crímenes contra la humanidad ‎y las violaciones arbitrarias y sistemáticas de los DDHH. “Debemos saber dónde ‎están los peligros, en la intolerancia de quienes confunden lo diferente con lo ‎hostil, en la ira ciega de los fanatismos políticos o religiosos, en el populismo que ‎siempre busca tajada en las dificultades o en ese relativismo que incluso duda del ‎supremo valor universal de la libertad y la dignidad humana”, ha destacado Pío ‎García-Escudero.‎
Además, ha recordado que el Holocausto hunde sus raíces en “una larga tradición ‎de antisemitismo con respecto a la cual la historia de España no es ajena» y ha ‎indicado que «ignorar el pasado es tanto como perderse en un limbo de ‎irresponsabilidad”. Por su parte, Ruiz Gallardón ha defendido que España, “desde ‎la más profunda herida, dolor y vergüenza que para su historia supuso la ‎expulsión de los judíos de la que era su patria” es hoy uno de los países “más ‎avanzados” en el compromiso de castigar las conductas de incitación al odio o la ‎violencia, incluyendo la divulgación de escritos o imágenes y la apología, ‎trivialización o negación de los crímenes.‎
‎“España no es antisemita”‎
Por su parte, el presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, ‎Isaac Querub, ha indicado que España “no es un país antisemita” pero ha ‎advertido de que, no obstante, “subyace cierta judeofobia” desde la expulsión de ‎los judíos en 1492.‎
Querub ha apuntado que Israel es para un sector de la opinión pública española ‎‎“lo demoníaco indefinible” y que, “por eso nadie o casi nadie se dice antisemita, ‎pues suena mal, sino solo antisionista”. Por ello, considera la más urgente ‎exigencia moral “denunciar tal camuflaje, mostrar hasta qué punto todas los ‎lugares comunes, todas las abominaciones comunes del antisemitismo clásico son ‎recuperadas hoy bajo la denominación más inocente del antisionismo”.‎
En cualquier caso, Querub ha asegurado que la comunidad judía saluda las ‎anunciadas reformas de los artículos 510 y 607 del Código Penal así como la de la ‎legislación que permitirá a los judíos sefardíes adoptar la nacionalidad española. ‎Además, reclaman a la comunidad internacional que siga “el ejemplo de ‎coherencia y valentía del Gobierno de Canadá”.‎