PRENSA

Reportaje al secretario general de la DAIA

El secretario general de la DAIA, Jorge Knoblovits, aclaró ayer, en diálogo con la ‎Agencia Judía de Noticias (AJN) que el documento que su entidad presentará ante ‎el Congreso Judío Latinoamericano sobre el atentado de 1994 “no es contra el ‎gobierno argentino, ni el venezolano, es a favor de la justicia”.‎
De todos modos, el dirigente aseguró que se le puede decir “no” al gobierno y ‎reclamó que la “causa deberá tener algún resultado antes del 18 de julio”, cuando ‎se cumplan 19 años de ese ataque terrorista, que asesinó a 85 personas e hirió a ‎centenares.‎
Se trató del segundo atentado en la Argentina atribuido al fundamentalismo ‎islámico, después que el 17 de marzo de 1992 otro coche-bomba destrozó la ‎Embajada de Israel, mató a 29 individuos y lastimó a otros cientos.‎

P- Faltan dos días para cumplir los primeros 60 de la nueva gestión de la ‎DAIA. ¿Cómo los ves?‎
JK- Estamos cohesionados y contentos de hacer una tarea coherente. Hoy estaba ‎viendo una revista comunitaria y estaba trascripto el discurso de (el presidente de ‎la DAIA,) Julio Schlosser. Me acuerdo cuando dijo que la “causa AMIA-DAIA” es de ‎la AMIA, la DAIA y los familiares. Éste fue un eje importante en estos primeros 60 ‎días de gestión: instalar el tema del juicio a los imputados y avalar la gestión del ‎fiscal (general a cargo de la causa, Alberto) Nisman. Creo que estamos en línea ‎con lo que se dijo hace dos meses. No hemos perdido coherencia. Hemos tratado ‎de entender que es la primera vez que hay una DAIA que entra entera, sin ‎negociaciones el día de la elección. Eso también es un desafío. Lo estamos usando ‎para que los vocales tengan la misma tarea que el Ejecutivo. No hay alguien en la ‎DAIA que no tenga una tarea específica. Hemos dividido especies de ministerios y ‎todos tenemos una tarea, que nos nutre de contenidos que después se tratan en ‎el Ejecutivo. Esto para nosotros es importante porque creemos que el mejor ‎‎“business” de la DAIA es la gestión política. Lo único que hemos dejado de lado es ‎la Comisión de Acción Política, que la hemos puesto en cabeza del Ejecutivo. Ahí ‎tratamos las cuestiones políticas que refrendamos con el (Consejo) Directivo, ‎donde hay gente terriblemente capaz.‎

P- ¿Esta DAIA es K, como se dice en la “calle judía”?‎
JK- Esta DAIA es judía, ni K, ni PRO, ni anti-K, ni anti-PRO. No es la misión de la ‎DAIA -y así lo entendemos- mirar la política comunitaria a través de la nacional, ‎sino la inversa. Fue un invento de campaña, ajeno. Es un espacio pluralista, como ‎probablemente era el otro. Había gente K y PRO. ‎

P- ¿Qué diferencias hay entre esta DAIA y la anterior?‎
JK- La DAIA anterior venía de un Estatuto complejo; primero sin estatuto, por ‎muchos años. El que existía era el de la Fundación (Amigos de DAIA). Es muy ‎difícil hacer un estatuto de una federación de tercer grado. Costó mucho hacerlo y ‎se logró. Ese Estatuto era perfectible. La diferencia es que en el otro Estatuto la ‎línea político-ideológica era absolutamente diversa: tenías que convivir con gente ‎con la cual no habías transitado un camino. No sabías cómo pensaba. No sabías ‎qué posición tenía ante ciertos temas. Entonces, el ámbito de confrontación era el ‎Consejo Directivo. Eso se reflejaba en la conducta. Los antecesores tenían una ‎soledad muy grande porque las diferencias políticas traían renuncias, ‎confrontaciones… Nosotros nos conocíamos de antes y todos sabíamos cómo ‎pensábamos. Sabíamos qué tiempo le podíamos dedicar y cuál era nuestro pilar ‎más importante. Entonces, esto marca una conducta y una agilidad distintas. Una ‎diferencia es que hay una DAIA más ágil y reactiva; reaccionamos enseguida. Es ‎una DAIA reactiva que no va a librar todas las batallas. No voy a pelear, no me ‎interesa saber quién tiene razón. Me interesa que un formador de opinión, como ‎‎“Pepe” Eliaschev, entienda nuestra tarea y lo que estamos haciendo. Por ahí no lo ‎entendió, o lo entendió de otra manera, o tal vez le puedo explicar lo que estamos ‎haciendo y él me puede advertir sobre el tema. No tengo problemas en aceptar ‎sugerencias. Sí somos reactivos en temas centrales: Correa, Gaza… Ahí no ‎tenemos diferencia alguna.‎

P- A 60 días de la gestión, ¿cómo se puede caracterizar la relación con la ‎AMIA?‎
JK- Yo digo que es constructiva porque Julio siempre dijo que nos separan seis ‎metros; estamos en el mismo edificio. La conducción permitió que sea una ‎tontería no subir o bajar al otro piso. Ayer, Guillermo (Borger, el presidente de la ‎AMIA) subió a la DAIA a ver cómo iba la acción conjunta en Caracas (de cara al ‎encuentro del Congreso Judío Latinoamericano). Hace una semana Guillermo ‎estuvo para ser presentado en el Consejo Directivo de la nueva DAIA. No hay ‎problemas y tengo una premisa, que es que quienes construyen la política son los ‎hombres, no la ideología. Si tengo un código de diálogo parecido y soy ‎transparente, honesto y frontal, las diferencias con tus compañeros se superan. Si ‎tenés buenas formas de comunicar las cosas y escuchar sin enojarte, se va a ‎encontrar la manera.‎

P- ¿La DAIA ha tenido un cambio de actitud hacia el gobierno respecto de ‎las negociaciones con Irán en el marco de la “causa AMIA”?‎
JK- Desde la página (en Internet) del Nuevo Modelo Comunitario dijimos que no ‎confiamos en el interlocutor. Sabemos que esta conversación está destinada al ‎fracaso en un 80%. La posición de ninguna manera cambió. En una entrevista con ‎la Presidenta o el canciller dijimos que la única posibilidad que deben tener estas ‎conversaciones es sujetar a los ocho (acusados) iraníes para que declaren ante un ‎juez argentino, producto de la imputación que les hizo el fiscal Nisman en un ‎trabajo sumamente importante. Es brillante no sólo para la Argentina, sino para la ‎investigación a nivel internacional. Ha encontrado conexiones de la “causa AMIA” ‎con atentados en otras partes del mundo. La posición para nada cambió: el ‎gobierno puede hablar con quien quiera.‎

P- ¿De alguna manera estás exteriorizando que hay un rechazo a la ‎negociación?‎
JK- No es una negociación, son conversaciones entre cancilleres y políticas de ‎Estado. Como abogado, cuando llego a mi estudio a la mañana pienso que el otro ‎actúa de mala fe; es una deformación profesional. En el voluntariado todos ‎tratamos de escuchar de buena fe, pero no somos tontos. Primero doy un crédito ‎porque creo que lo que está tratando de hacer el gobierno es encontrar una ‎asociación política para una causa judicial. Pero tendrá que ser sometida, como ‎afirmó vehementemente la Presidenta, a los familiares, a los querellantes -AMIA y ‎DAIA- y al Congreso de la Nación. Si le sale bien, será un éxito para el gobierno; ‎si le sale mal, será un fracaso. La causa judicial no se detuvo, y para mí, el nudo ‎de la cuestión es la causa judicial: lo importante es lo que pase dentro de ella. ‎

P- ¿El documento que puede llegar a trascender en Caracas en las ‎próximas horas tiene que ver con un rechazo a la negociación entre el ‎gobierno argentino e Irán?‎
JK- Todavía no sabemos qué declaración va a haber porque dependemos de los ‎acuerdos que se hagan en el CJL (Congreso Judío Latinoamericano) en Caracas. ‎En segundo lugar, vamos a reiterar la insistencia de justicia. Acordar la entrega de ‎los iraníes de una manera u otra es potestad del gobierno argentino; en eso, la ‎AMIA y la DAIA no van a meterse porque no es nuestra materia. Pero tiene que ‎haber un solo destino: someter a los ocho iraníes a declaración indagatoria. El ‎documento no es en contra del gobierno argentino, ni del venezolano, es a favor ‎de la justicia. Es pedir el apoyo del CJL para que se reitere el pedido de justicia ‎después de 18 años. Pelearse no es la misión de la AMIA y la DAIA. Me parece ‎que (los iraníes) no son interlocutores fiables como para sentarse a negociar. ‎

P- Ustedes han tenido un encuentro con el canciller, luego con la ‎Presidenta, el canciller estuvo en la DAIA… Muchos han calificado a la ‎DAIA de “kirchnerista”. ‎
JK- Eso nos perjudicó.‎

P- ¿Se le puede decir “no” al gobierno?‎
JK- Por supuesto, cuando corresponde, y el gobierno va a tener que entenderlo. ‎Tenemos misiones estatutarias que cuando son violadas por cualquiera, sea un ‎gobierno o un particular, la DAIA va a decir que no y va a defender la misión ‎institucional. No te quepa duda de que es así.‎

P- Hasta ahora se dice que esta DAIA tiene una actitud bastante amigable ‎con el gobierno…‎
JK- Esta DAIA logró la primera conferencia de prensa del ministro de Relaciones ‎Exteriores frente a familiares (de víctimas del atentado a la AMIA). Algunos ‎podrán decir que fueron mal invitados o no invitados. La decisión fue hacer un ‎comunicado oficial y que vinieran los que quisieran. La AMIA también estuvo ‎invitada. No hay un protocolo para esto. Fue algo público, decidimos hacerlo así.‎

P- ¿La dirigencia de la DAIA le hizo, en privado con el canciller, todas las ‎preguntas que le tenía que hacer?‎
JK- Nos fuimos satisfechos. Fue una reunión prolongada. Estuvo el secretario de ‎culto, (Guillermo) Oliveri; Julio, Waldo (Wolff, vicepresidente 1º) y Diego ‎Dlugovitzky, prosecretario 3º por el Interior porque para nosotros es muy ‎importante federalizar esta DAIA y que participen en todos los encuentros. ‎Hablamos de las conversaciones con los iraníes y también del tema de Gaza. Le ‎pedimos una declaración a favor de la paz en Gaza y del derecho del Estado de ‎Israel a tener fronteras seguras. (Héctor Timerman) dijo que eso no hacía falta ‎decirlo y uno de nosotros le dijo que había que decirlo. Él se puso a escribir un ‎comunicado, que continuó con un llamado a nosotros de Dorit (Shavit, la ‎embajadora de Israel) porque era la primera vez que un gobierno ‎latinoamericano, después de haber reconocido un Estado palestino, reconoce el ‎derecho de Israel a tener fronteras seguras. No es un tema menor y lo peleamos ‎ahí adentro.‎

P- Concretamente y desde la DAIA, ¿este documento no va contra el ‎gobierno argentino?‎
JK- Estamos aspirando a un trabajo en conjunto con la AMIA en cuestiones de ‎Estado y no va contra el gobierno argentino. Tratamos de hacer reclamos donde ‎hay que hacerlos, y en este caso es en la Justicia. Iría contra el gobierno ‎argentino si la solución propiciada fuese injusta, desajustada a derecho o ‎impuesta, pero por ahora no es así. En ese momento nos van a ver en la calle, en ‎primera línea. Somos muy vehementes en eso. Vamos a decir que no cuando es ‎no. No nos van a ver al día siguiente en el diario, primero se va a hacer por ‎donde se tiene que hacer. Hay carriles más efectivos para tratar los temas de ‎seguridad de la comunidad, de discriminación u otros. Tengo todos los canales ‎abiertos para hablar con quien tenga que hablar. Si no tengo eco y no lo ‎modifican -el gobierno argentino, el de Buenos Aires o una intendencia-, lo voy a ‎hacer público. Con la coherencia nos va bien, con la vehemencia también.‎

P- Como abogado, ¿qué podés contar de la “causa AMIA”? ¿Qué ves en ‎adelante?‎
JK- Estuve con el fiscal Nisman, que tiene una pasión que es admirable y una ‎precisión y lealtad con la causa maravillosas. En este mes de feria estamos ‎evaluando cuál va a ser nuestra estrategia en la “causa AMIA-DAIA”. Estoy ‎propiciando un encuentro a fin de enero entre los equipos jurídicos y voluntarios ‎que están ocupándose del tema para fijar una estrategia. Si las estrategias de la ‎AMIA y la DAIA coinciden, seguiremos juntos, y si no, veremos cómo las ‎coordinamos; no para enfrentarnos, sino para sumar. Esta causa deberá tener ‎algún resultado antes del 18 de julio. Las causas judiciales tienen que hablar por sí ‎mismas y ésta no habla. Está en silencio hace mucho tiempo y eso es malo. ¿Van ‎a pasar 18 ó 36 años más? Los acusados iraníes van a ser ministro de Defensa, ‎Presidente, van a desaparecer o morir de viejos, ¿cuál es la respuesta que les ‎damos a los familiares? Esta causa tiene responsables, faltan que se sujeten a ‎derecho. Son miembros centrales de un Estado y ese Estado es el que está ‎hablando con la Argentina. Posiblemente la situación sería harto más fácil si no ‎fuesen miembros políticos de un Estado. Me preocupa que estén circulando por el ‎mundo sin sanción alguna, eso no es sólo impunidad, sino burla.‎

P- Entre los nuevos dirigentes de la DAIA hay quienes se han visto más ‎expuestos y ahora, después de 60 días, muchos van a conocer quién es el ‎secretario general.‎
JK- Tenemos tareas divididas, cada uno hace lo que mejor desarrolla. Me parece ‎que esto de tener un perfil bajo es porque la Secretaría (General) tiene que ‎trabajar en el núcleo de la DAIA. La Secretaría es la jefa de personal, la que ‎dirige a los voluntarios, y si estás permanentemente en los medios, perdés entidad ‎y seriedad. Cuando hay que decir algo, la Secretaría lo tiene que decir con ‎firmeza. La Secretaría habla a través de las actas y las acciones que nutren al ‎Ejecutivo. Prefiero criterios de racionalidad y sigo aprendiendo. Vengo de la ‎Secretaría General de Hacoaj, que tiene otro orden. Se nos acusó de ‎inexperiencia y estoy aprendiendo de lo que escuché, de los que estaban antes, ‎de los que siguen… La Secretaría es terriblemente sensible y creo que hay que ‎escuchar más que hablar y después realizar.‎