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Timerman: “La evaluación es positiva”

La Argentina e Irán dieron por concluida la primera ronda de negociaciones sobre el caso AMIA y, según informó el canciller Héctor Timerman, “la evaluación es muy positiva y habrá un nuevo encuentro en la última semana de noviembre en lugar a determinar. El único compromiso es con las víctimas y los familiares y no hay lugar para intereses geopolíticos, ni propios ni ajenos”. El objetivo de la negociación es encontrar un camino legal para que los funcionarios iraníes imputados comparezcan ante la Justicia argentina, en una primera etapa ante el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y el fiscal especial del caso, Alberto Nisman. El contenido del diálogo se mantiene en secreto, tal como ocurrió en el caso que se toma como modelo, el de Lockerbie (ver aparte). Las instituciones de la comunidad judía, AMIA y DAIA, que ya manifestaron su rechazo al diálogo con Irán, pidieron ayer conocer el contenido de las conversaciones.
En forma paralela, las cancillerías argentina e iraní informaron del cierre de los dos primeros días de conversaciones en Ginebra, Suiza. Ambas partes ratificaron que el diálogo continuará, que hasta el momento fue fructífero y que antes de fin de mes los dos países presentarán una propuesta concreta.
Timerman se hizo presente ayer en la Casa Rosada para hablar sobre el final de esta primera etapa. Por la mañana habían regresado al país los integrantes de la delegación que se reunió con los iraníes y la titular de la delegación, jefa de los abogados del Estado, Angelina Abbona, le hizo un pormenorizado informe del contenido de las dos primeras reuniones.
El canciller transmitió entonces que fue un buen comienzo y cuando mencionó el rechazo a los intereses geopolíticos en esta negociación quiso dejar en claro que el diálogo por un juicio sobre el caso AMIA no puede estar condicionado por la dureza del choque que hoy mantienen Estados Unidos e Israel con Irán. El régimen de Teherán está en el centro de la escena internacional. Por un lado, Israel amenaza con bombardear Irán aduciendo que está desarrollando un plan atómico-militar. En Estados Unidos, la política hacia Irán fue el punto neurálgico del último debate entre Barack Obama y Mitt Romney. Incluso la Argentina y Brasil cumplen con las sanciones que Naciones Unidas le impuso a Irán. Sin embargo, el canciller insistió en que el cuadro geopolítico internacional no debe torcer una negociación en la cual se busca avanzar en el terreno legal de un caso en el que –según coinciden las agrupaciones de familiares– hubo una desastrosa investigación argentina y una negativa permanente de Irán a colaborar o responder ante la Justicia.
Hasta el momento, es total el hermetismo sobre las posibles fórmulas que se están barajando para recorrer el camino legal. El titular de la AMIA, Guillermo Borger, salió ayer a pedir precisiones y lo propio hizo el Congreso Judío Mundial. No está claro si la Cancillería les hará un informe en los próximos días –a AMIA, DAIA y a las agrupaciones de familiares– o si, como es más probable, va a esperar a que el diálogo avance hacia las propuestas concretas. Las dos partes, Argentina e Irán, parecen suscribir la idea de que una clave de toda la negociación es, justamente, la confidencialidad.
El comunicado de ayer de la Cancillería iraní sostuvo que “ambos países expresaron su compromiso de continuar las negociaciones y la aplicación final de los acuerdos y convinieron en continuarlas a finales de noviembre”. La explicación de Timerman fue por el mismo lado: se intentará tener propuestas legales precisas en la última semana de este mes, o tal vez antes.
Más allá del secreto del contenido del diálogo, llamó ayer la atención cierto optimismo en las dos declaraciones: ambas calificaron el diálogo inicial como “muy bueno”. Si se miran los 18 años transcurridos desde el atentado, las chances de un acuerdo no parecen muy grandes. Irán se ha negado siempre a que sus funcionarios se sometan a la Justicia argentina, consideran que la investigación es un armado político auspiciado por Estados Unidos e Israel y argumentan que su Constitución les prohíbe entregar a sus connacionales a jueces extranjeros. Del lado argentino, el margen tampoco es grande: el principio fundamental es que los iraníes acepten ser indagados por un magistrado y un juez argentino.
En las Naciones Unidas, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner instruyó al canciller para iniciar las negociaciones y manifestó que, en caso de existir una propuesta, la sometería primero a los familiares de las víctimas y luego al propio Congreso Nacional.