PRENSA

Marcha neonazi por las calles de Moscú

«Hoy somos 20 mil, pero pronto seremos 100 mil y después millones», exclamó desde el palco uno de los organizadores de la «Marcha Rusa», Alexandr Belov, líder del Movimiento Rusos. Al inicio del recorrido, Dmitri Demushkin, otro de los nazis que se atribuyó la paternidad del acto xenófobo, había moderado su imaginación para hablar de una participación de «al menos 10 mil personas». En un gigantesco país en el que conviven decenas de pueblos, los ultranacionalistas también incluyeron entre sus demandas la declaración constitucional de la etnia rusa como «dominante y única» y le exigieron al gobierno que introduzca la obligatoriedad de visados para los inmigrantes procedentes de las antiguas repúblicas del Cáucaso y Asia Central que componían la disuelta Unión Soviética (1991). Por primera vez en cuatro años, la marcha salió de la periferia moscovita, donde se había celebrado en años anteriores, y se desplazó al centro, a pesar de las protestas de políticos y movimientos civiles por la tolerancia. Algunas organizaciones civiles y de Derechos Humanos adelantaron que denunciarán a los organizadores del acto por la «entonación de consignas racistas y la exhibición de pancartas de contenido extremista».