PRENSA

Editorial: Violencia en el fútbol

La violencia en el fútbol se ha cobrado una nueva víctima fatal, y se registraron una elevada cantidad de incidentes en los estadios y alrededores en las últimas fechas. A pesar de que ha habido una mayor intervención de la Justicia, como se refleja en la detención de líderes de las barras más poderosas, el problema de la violencia sigue presente en el fútbol. Para enfrentarlo son necesarios instrumentos que faciliten la coordinación de esfuerzos de las diversas jurisdicciones. Para superar esta carencia se ha buscado elaborar una iniciativa adecuada a las necesidades vigentes ya que, sin una acción más profunda y coordinada, la violencia seguirá cobrando víctimas mortales. Otro aspecto poco cuidado de la cuestión es la responsabilidad que tienen los dirigentes del fútbol e incluso muchos técnicos y jugadores en el sostenimiento de las organizaciones violentas. Es oportuno destacar el accionar del presidente de uno de los clubes más importantes, pero más allá de los gestos individuales es preciso establecer una legislación nacional contra la violencia en el fútbol. En nuestro país, donde el fútbol es el mayor fenómeno de masas, una escalada de violencia como la que hoy padecemos, se convierte en una problemática tan grave que amenaza con derrumbar instituciones y formas de convivencia social y ciudadana que, aún con los desfasajes actuales, ha costado décadas construir. En gran medida, hay violencia en las canchas porque la sociedad es violenta. Las agresiones físicas y verbales, tanto en el césped como en el cemento de la tribuna, el racismo, el antisemitismo y la xenofobia, el patoterismo y el patriarcado dirigencial, son deformaciones socioculturales que se reproducen en los espectáculos deportivos.