PRENSA

Un llamado de atención

El asesinato del joven chileno, de 24 años, Daniel Zamudio, a manos de un grupo neonazi, es un nuevo llamado de atención para las democracias de América Latina. Una vez más, los grupos de la extrema derecha se cobran la vida de un ciudadano por el sólo hecho de poseer una identidad sexual diferente a la requerida por los grupos retrógrados.

Su homicidio recuerda las vejaciones, torturas y persecuciones sufridas por judíos, homosexuales, artistas, intelectuales, militantes y científicos por parte del régimen nazi entre los años 1933 y 1945.

La sociedad civil y los Estados de América Latina deben tomar conciencia acerca de los peligros que el fundamentalismo y el integrismo implican para el orden democrático y el pluralismo.

La sociedad civil y los Estados deben trabajar mancomunadamente para promover la diversidad, garantizar su ejercicio enriquecedor y, al mismo tiempo, brindar seguridad sobre el irrenunciable Derecho Humano de ejercer cualquier confesión religiosa o identidad sexual. Deben, además, evitar la impunidad y castigar a quienes se empecinan en construir un mundo sin diversidad, exterminando la riqueza que supone la diferencia.