PRENSA

Carta por el fallecimiento de Samir Salech

Señores
Comisión Directiva del
Centro Islámico de la República Argentina y
Señora Esposa e hijos de Samir Salech

De mi consideración más distinguida:
Regresé anoche de unas breves vacaciones, acompañado por mi esposa.- Con profundo dolor, recibí entonces la noticia del fallecimiento de mi muy querido Samir.
Cuando realicé los primeros llamados para confirmar este doloroso hecho y me ratificaron la veracidad del mismo, comenzaron a pasar por mi mente las decenas de veces, en las cuales nos ENCONTRAMOS con Samir: La última de ellas, nuestro abrazo en la sede de la Asamblea Episcopal en la calle Suipacha, muy pocos días antes de fin de año.
Más allá de las reuniones sociales en el Centro Islámico, tanto para la terminación del ayuno de Ramadán, Id Al-Fitr o para la fiesta del Sacrificio Id Al-Adha, estuve en la Cancillería el día que le dieron el premio por su vocación al Dialogo. También compartí con él nuestra mutua visión en la Cámara de Diputados de la Nación, en ocasión del debate sobre la Ley de Libertad Religiosa.
Quiero destacar especialmente nuestros ENCUENTROS, donde intercambiábamos nuestros puntos de vista, respetándonos mutuamente. Viene a mi mente en especial uno de ellos un de 31 de diciembre, hace algunos años.
La desaparición física de Samir, no es el fin de su ser, sino sólo el fin de su hacer. Él se movió siempre hacia la vida, hacia la acción hacia los logros. Era un hombre de DIALOGO.
En el Talmud está escrito: “Los hombres justos viven aún después de morir” (Berajot 18 a).
Como nos dijimos una vez: “Vos y yo venimos de la misma tienda de Abraham. Tenemos un padre en común” .
Me permito invocar una frase de un libro que Samir me recomendó:
¡No invoques a otro D’s junto con Alá!
¡No hay más D´s que Él!
¡Todo perece, salvo Él!
¡Suya es la decisión!
¡Y a Él seréis devueltos!
(Sura 28,88)

A su esposa, a sus hijos un fuerte abrazo.
A toda la Comisión Directiva del CIRA, mis respetos.
Para todos, que el recurso de sus actos constituya menguado consuelo por su desaparición.
Hermano Samir: Zijronjá Le Brajá.
Hermano Samir: Que tu Memoria Sea Bendita.

Alberto Zimerman
Vicepresidente de OJDI
Integrante del Consejo Directivo de DAIA