PRENSA

Archivan una denuncia por discriminación al pueblo judío por una historieta

Tras la disculpa publicada por el periódico Página 12, el denunciante Isidoro Kepel, de la comunidad Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dio por retractado a Gustavo Sala, el dibujante de la polémica tira.
La denuncia penal contra el dibujante Gustavo Sala y el director de «Página 12», Ernesto Tieffenberg, por supuesta discriminación a los judíos sería archivada luego que su autor aceptó las disculpas del diario.

Fuentes judiciales informaron hoy que Isidoro Kepel, vicepresidente primero de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén, dio por retractados a Sala y Tieffenberg a pesar de la «insuficiente disculpa publicada» en el periódico.

El escrito fue presentado por el abogado Jorge Kirszenbaum, representante de Kepel, ante el juzgado nacional en lo correccional 12 de esta capital, y consideró que el «argumento de exculpación» de Página 12 «es un poco extraño».
Pues, prosiguió, «sostiene que su comic estaba enmarcada en un contexto de sátira y humor» lo cual «da pie al debate» porque «no conocimos ninguna persona que se haya reído con esa tira».

La historieta, acusó, «pretendía arrancar sonrisas con la forma en que se podría haber mejorado la calidad del jabón que se fabricaba con grasa humana de judíos masacrados en el Holocausto, durante la barbarie nazi».

Kepel había radicado una denuncia penal contra Sala y Tieffenberg porque, a su entender, la historieta era «una ofensa a todos los judíos y a la humanidad».

La tira cómica «Una aventura de David Gueto, el DJ de los campos de concentración» fue publicada el jueves 19 de enero en la página dos del suplemento «NO» de Página 12.

En las cuatro viñetas apareció un musicalizador, identificado como David, que insta con términos soeces a un grupo de hombres y mujeres a divertirse: «Vamos, putos, bailen! Fiesta, fiesta!», exhorta.

Ante lo cual los aludidos replican: «No tenemos nada que festejar, David, nos matan y nos exterminan en masa».

En el segundo cuadro, el DJ insiste: «Vamos, che, no sean mala onda, chicos. A bailar, a bailar!», pero sus interlocutores vuelven a quejarse: «Nos matan en cámaras de gas y hacen jabones con nosotros. ¿Sabías eso?».

Seguidamente, aparece el personaje de Hitler que se acerca al musicalizador y le dice: «Che, David, tenés razón: un poco de diversión no les vendría mal», mientras que dos integrantes del grupo responden: «Sí, señor Hitler».

«Vamos, diviértanse, que la vida es corta», añade el líder del Tercer Reich. En el último recuadro, el personaje del jerarca alemán le agradece al protagonista sus esfuerzos por divertir al grupo: «Si están relajados, el jabón sale mejor», finaliza. Tanto la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) como la Asociación de Mutuales Israelitas Argentinas (AMIA) repudiaron la publicación porque «banalizó el Holocausto».

Julio Schlosser, secretario general de la AMIA y vicepresidente de la DAIA, afirmó que la comunidad judía «no está satisfecha» con la disculpa y sostuvo que el comic demuestra que en la sociedad argentina «se mantiene enquistada esta ideología nazi antisemita».

«Aunque se exprese de manera subliminal con historietas y caricaturas lleva a recordar las historietas de El Pampero o aquellas toda bibliografía de la época nazi de Alemania con la ridiculización del judío», recordó.
Y le recomendó a Sala que vaya de visita «al Museo del Holocausto y a la casa de Ana Frank para nutrirse de lo que fue la Shoá más allá de lo qué pueda pensar».