PRENSA

Edith Hirsch: un canto a la vida

“El mundo callado, y dejaron hacer. El mundo sordo y mudo, y dejaron hacer”. Es digno de respeto y admiración el valor de un sobreviviente del Holocausto que decide recordar el horror para entregarnos hoy su experiencia de vida, en un mundo donde los genocidios siguen ocurriendo, y en el que cada vez menos contamos con esa generación que experimentó en carne y hueso la Shoá. Este legado de recuerdos personales, además de ser inédito para la comunidad judía venezolana, es una enseñanza de la valentía de un ser humano a quien, a muy temprana edad, se le quiso quitar exactamente eso: su dignidad y vida. Este es un pequeño homenaje a Edith, a su nobleza de alma, a su tremendo coraje; es, además, una deferencia para todas y cada una de las personas que integran esta última generación de sobrevivientes del Holocausto. Pese a su avanzada edad, Edith sigue absolutamente lúcida y es dueña de una memoria privilegiada. Nunca había contado nada acerca de este triste episodio que marcaría para siempre su vida. Sin embargo, recientemente, la llegada al país de uno de sus nietos, Alejandro, quien vino a visitarla junto a su bisnieto Noam, termina por desatar sus labios, iniciando una conversación sobre un tema que, hasta este momento, había evitado siempre.