PRENSA

El pintor del horror del Holocausto

Joseph Bau salvó su vida por su habilidad para rotular caracteres góticos en el campo de concentración donde estaba confinado. Este polaco estuvo cautivo por los nazis en el campo de concentración de Plaszow a causa de su condición de judío, y allí fue obligado por sus captores nazis a dibujar mapas y signos dado su oficio de delineante. El arte salvó su vida. Durante su cautiverio, Joseph Bau conservaba un cuaderno en miniatura cuyas hojas alimentaba de ilustraciones y de poemas. Ese cuaderno sirvió para construir una memoria gráfica, pavorosa pero tierna a la vez, sobre su experiencia en los campos. Y sirve ahora como tema central de la exposición Joseph Bau, el pintor de Cracovia, que puede verse en el Archivo Histórico de Jaén hasta el próximo 6 de marzo.