PRENSA

Venezuela y la amenaza iraní

Los delirios presidenciales se han hecho cada día más estrafalarios y, en consecuencia, más risibles. Su excitación crece cuando lo asocian a parias mundiales como el tal Ahmadinejad, confeso antisemita, ejecutor de masacres y autoerigido en arbitrario administrador del estrecho de Ormuz. Chávez se siente feliz de apoyar a un gobierno que irresponsablemente trata de desarrollar una bomba atómica, tal y como lo ha corroborado la Agencia Internacional de Energía Atómica. Se siente guapo y apoyado en su tarea alucinada de derrocar al imperio. Mientras los sueños de guerra antiimperialista bailaban en Miraflores, los presos de la cárcel de Yare mantenían secuestrados a familiares y amigos por varios días y los de La Planta se adueñaban del recinto al expulsar al personal administrativo del penal, todo ante la absoluta impotencia de una ministra de prisiones, incapacitada para ejercer ese cargo. Por su parte, el CICPC confirmaba que el número de asesinados en 2011 había aumentado un 30% con respecto al año 2010.