PRENSA

Con la Argentina, una relación conflictiva

Desde la llegada al poder de Néstor Kirchner, el Gobierno redobló los reclamos ante Teherán y en los principales foros internacionales para que las autoridades iraníes colaboren en la investigación de la causa AMIA, en la que se encuentran implicados varios funcionarios y ex funcionarios iraníes. En su último discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, la presidenta Cristina Kirchner llamó a retomar el diálogo con Irán para que se aclare en la justicia el atentado contra la mutual judía de 1994. Es más, en un gesto hacia Teherán que molestó a las potencias occidentales, Kirchner ordenó que el embajador argentino ante la ONU permaneciera sentado durante el discurso de Ahmadinejad en ese foro, mientras la mayoría de los diplomáticos de Occidente abandonaban la sala. A la fecha, Irán no dio muestras de retomar el diálogo y continúa sin designar embajador. Los vínculos comerciales entre Buenos Aires y Teherán son escasos, aunque la balanza comercial es favorable a la Argentina. El año pasado, hubo quejas de la Argentina cuando el ministro de Defensa iraní, que tiene pedido de captura internacional, visitó Bolivia.