En la peor crisis diplomática bilateral, el gobierno militar de Egipto trató ayer de mitigar el daño causado a su vínculo con Israel trece horas después del feroz asalto de decenas de egipcios a su embajada en El Cairo. El gesto fue luego correspondido por el gobierno israelí, que tras una declaración inicial dura y de reproche se sumó a la impronta conciliatoria y dijo que respetará la paz con su aliado, en el incidente bilateral más serio desde que ambos firmaron la paz hace 32 años. El episodio terminó con tres muertos y más de 30 detenidos. Como un modo de garantizar la seguridad a la representación diplomática, el gobierno castrense egipcio envió tanques y soldados a custodiar el edificio, mientras las calles en torno a la embajada israelí vivían anoche nuevos momentos de tensión con cientos de manifestantes entonando consignas contrarias a Israel.
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