PRENSA

¿Es el Supremo tolerante con el nazismo?

Hace unos días falleció Jorge Semprún. Testigo excepcional de la barbarie nazi, en su discurso en 2010 en Buchenwald, dijo: «El antisemitismo racial forma parte del código genético del nazismo, desde los primeros escritos de Hitler, desde sus primerísimas actividades políticas», y se refirió también al «proceso industrial, salvajemente racionalizado, del exterminio masivo en las cámaras de gas».Casi simultáneamente a la noticia de su muerte, hemos conocido la sentencia penal del Tribunal Supremo (TS) de 12-4-2011 revocando otra anterior de la Audiencia Provincial de Barcelona que condenaba a cuatro acusados a varios años de prisión y multas por los delitos de «difusión de ideas genocidas», por «provocar a la discriminación, al odio o a la violencia» y por asociación ilícita con dichos fines. La sentencia, como ha dicho la Fiscalía de Barcelona, «se aparta clamorosamente de las previsiones establecidas en los tratados internacionales ratificados por España» sobre estas conductas delictivas, y «entorpece y dificulta la persecución» de dichos delitos. Y, habría que añadir, propicia el que se favorezca el racismo, la xenofobia y la exclusión social de las minorías afectadas, perjudicando gravemente la paz social y la convivencia democrática.