PRENSA

DAIA vs Google

Hace unos días la Justicia acogió favorablemente un reclamo de la DAIA y ordenó a Google se abstenga de incluir en las búsquedas sugeridas contenido antisemita. El buscador obedeció pero en el problema de «Google Instant» hay más cosas en juego que un simple algoritmo desafortunado.

La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas inició una acción colectiva en representación de toda la comunidad judía argentina contra Google, solicitando el «cese de la difusión ilegal de consignas discriminatorias y proferidas con la intención de instalar libelos antisemitas y causar un llamado a la violencia contra las personas».

La demanda y una medida cautelar están radicadas en el Juzgado Civil N° 46 de la Capital, a cargo del juez Carlos Molina Portela. El 16 de mayo pasado el tribunal resolvió favorablemente el pedido de la DAIA.

En la presentación se había requerido: la baja de determinadas “búsquedas sugeridas”, el cese de publicación en el buscador de ciertos sitios altamente antisemitas, y que Google se abstenga de poner avisos publicitarios (Google Adwords) en esos sitios.

Google Instant (así se llama la herramienta de Google para hacer las búsquedas sugeridas), ha resultado ciertamente, ser un arma de doble filo.

Según Google, estas sugerencias persiguen mejorar la búsqueda de información a lo usuarios dándole recomendaciones cuando hacen determinadas búsquedas genéricas, y no las hace ninguna persona de carne y hueso, sino que surgen a partir de un algoritmo que muestra las frases de búsqueda más populares para un período de tiempo.

Esto no quiere decir que la empresa pueda deslindar alegremente sus responsabilidades, sino que tiene que ajustar el algoritmo de forma tal de no violar la ley.

Hace unos meses, y ante las múltiples demandas internacionales, la herramienta ya no refleja resultados que tengan relación con contenidos sospechosos de violar derechos de autor. Así tuvieron que filtrar y bloquear la aparición en las búsquedas sugeridas de enlaces hacia sitios masivos de descargas tipo Bit Torrent, Rapidshare o Megaupload.

Gracias a la cautelar impulsada por la DAIA, ahora también se están filtrando las sugerencias discriminatorias que dirigían el tráfico hacia sitios de contenido agraviante y penado por la ley.

Pero este no es el final de la historia. Es preocupante que Google, una empresa que se dice progresista, preocupada por las relaciones con la comunidad, que además del lógico fin de lucro también se dice interesada en el bien común, necesite que sea un juez el que le tenga que poner los puntos, mediante una medida cautelar.

Que no haya actuado de motu propio cuando la DAIA la notificó de la existencia de ese material, conforme lo requiere la jurisprudencia de la Cámara Civil, habla muy mal de la empresa y de los abogados que la asesoran en nuestro país.

Coma mierda, millones de moscas no pueden estar equivocadas

El dicho, no por popular y mal hablado, deja de ser cierto. Muchas veces, hay demasiada gente que se inclina hacia conductas disvaliosas. Y hay otra gente, que formando parte de un círculo vicioso, se pliega a esas millones de moscas equivocadas.

Por eso, aún más preocupante que la desidia de Google en este caso, es que esos resultados sugeridos ilegales, ofensivos y discriminatorios, hayan surgido de las búsquedas más populares de los usuarios durante un determinado período de tiempo.

Esto indica que tanto en la Argentina como en muchos países del mundo, subyace un muy preocupante sentimiento antisemita que Google, con el enorme poder que tiene, podría ayudar a erradicar.