PRENSA

«No existe la paz impuesta»

Con 1700 años sobre sus espaldas, el pueblo armenio está saliendo del peor siglo de su historia.
El genocidio que entre 1915 y 1923 costó la vida de un millón y medio de personas en manos de los turcos y las siete largas décadas bajo dominio soviético son heridas que recién ahora están cicatrizando y que llevan al patriarca supremo de la Iglesia Apostólica Armenia, Karekín II, a recorrer el mundo con su mensaje en favor de la paz y la recuperación de la identidad de su pueblo, que en el año 301 constituyó el primer Estado cristiano del mundo.

Con esa finalidad, en medio de tantos signos de violencia e intolerancia que estallan en el mundo, el patriarca supremo y católico de todos los armenios llegó en una visita pastoral a la Argentina, con la convicción de que «a la paz sólo se llega con justicia y verdad».

«Sin justicia no se puede lograr la paz. No hay una paz impuesta. Esa no es paz. Tiene que estar basada en la justicia, la verdad», declaró, en una entrevista con La Nacion, el líder espiritual de nueve millones de armenios. La mayoría de ellos vive en la diáspora, fuera de su país, principalmente en Estados Unidos, Francia, Canadá y en la Argentina, donde hay una comunidad de 100.000 armenios.

A los 60 años, llegó por segunda vez a nuestro país, al que encontró mejor en materia de necesidades sociales que hace siete años. Tras un encuentro con el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, que el año pasado canceló la inauguración de un monumento al presidente turco Atatürk -a quien los armenios consideran responsable del genocidio-, Karekín II se reunió con su comunidad, compartió una ceremonia ecuménica en la Catedral con el obispo de Chascomús, Carlos Malfa, y hoy será recibido por la presidenta Cristina Kirchner.

-¿Qué desafíos enfrenta el pueblo armenio en el siglo XXI?

-El primero es el fortalecimiento del Estado armenio independiente. Para nosotros es fundamental el reconocimiento y la condena del genocidio armenio por parte de Turquía. La Argentina fue uno de los primeros en hacerlo. Otro objetivo es restablecer las estructuras y tradiciones cristianas de nuestra iglesia, que se vieron afectadas por el genocidio y por muchas décadas de dominación soviética, donde prevalecía la política de ateísmo. Bregamos, además, por el reconocimiento mundial del derecho de los armenios de Nagorno Karabagh a vivir en libertad.

-¿Por qué hubo que esperar tantas décadas para que el mundo comenzara a reconocer el genocidio armenio?

-La voz del pueblo armenio se hizo más audible en las últimas décadas. La sensibilidad de la comunidad internacional comenzó a manifestarse en forma más evidente cuando empezaron a ocurrir otros genocidios.

-¿En Europa avanza el reconocimiento?

-En Francia, está reconocido por ley. Y está en proceso de adopción la ley que castiga la negación del genocidio armenio.

-¿Hay presiones para evitar el reconocimiento y el esclarecimiento del genocidio?

-Sí, por supuesto, por parte de los turcos. Invierten mucho dinero.

-¿Cómo afecta en este proceso la incorporación de Turquía a la Unión Europea?

-La integración de Turquía a la Unión Europea puede favorecer el reconocimiento del genocidio armenio, porque para ingresar los Estados deben tener solucionadas las relaciones con sus países limítrofes. Las fronteras deben ser abiertas, cosa que no ocurre ahora.

-¿Fue muy profundo el daño que produjo haber estado bajo el dominio de la Unión Soviética?

-Durante más de 70 años, la iglesia estuvo presionada y no tuvo posibilidades de desarrollar su apostolado espiritual libremente. Hubo logros, pero se perdió mucho desde el punto de vista espiritual y de los valores morales.

-¿Hoy existen nuevas formas de genocidio?

-Sí, las masacres, la pérdida de las identidades, de la fe, el arrasamiento de ciertos valores.

-¿Quiénes son responsables?

-Las autoridades y quienes impulsan a los pueblos a acciones de intolerancia.

-¿Son preocupantes los signos de intolerancia que se manifiestan en el mundo?

-Por supuesto. Lo vemos en Medio Oriente, en los países islámicos.

-¿Cómo evalúa que a la violencia se la combata con más violencia?

-Nosotros estamos en contra de todas las formas de violencia. Nuestra prédica es la prédica del amor y la paz y seguimos fieles a ella.

-¿La paz está amenazada?

-Siempre creo que el pensamiento sano se impone frente a estas manifestaciones de violencia e irracionalidad.

-¿La necesidad de buscar la paz y la reconciliación se contrapone con las demandas de memoria y de que no haya olvido?

-Todo lo contrario. La paz debe asentarse sobre la justicia.

HISTORIA

• Trayectoria: la Iglesia Apostólica Armenia es una de las iglesias cristianas más antiguas del mundo.
• Dos apóstoles: la Iglesia Apostólica Armenia fue fundada en el siglo I por San Tadeo y San Bartolomé, dos de los doce apóstoles de Jesús.
• Fieles: en la actualidad, hay unos nueve millones de fieles en la Iglesia Armenia. De esa cifra, 100.000 corresponden a residentes en la Argentina.
• Patriarca: Karekín II es el 132° patriarca supremo de todos los católicos armenios. El primer patriarca fue San Gregorio el Iluminador, en el siglo IV.