PRENSA

Divide a Francia un debate sobre el Islam

El debate organizado para la semana próxima por el partido del presidente francés, Nicolas Sarkozy, sobre el papel del islam y el laicismo genera muestras evidentes de disensiones en sus filas y la dirección se esforzó ayer en cerrar heridas que ha abierto.

El portavoz del Gobierno, François Baroin, conocido por sus reticencias al debate del 5 de abril de la Unión por una Mayoría Popular (UMP), se manifestó ayer en contra de una nueva ley sobre el laicismo, considerando que no hay que tocar la de 1905, que fijó la separación estricta del Estado y la Iglesia.

«No necesitamos textos nuevos», afirmó Baroin en una entrevista a la cadena de televisión BFM, donde estimó que «todas las problemáticas que animan a veces la opinión pública, de los minaretes al rezo en la calle, pueden tratarse con los textos» existentes.

A su juicio, con un objetivo de «simplificación» lo conveniente sería elaborar «un código del laicismo que reúna todos los textos que existen».

El secretario general de la UMP y principal promotor del debate, Jean-François Copé, insistió en que su iniciativa «es ante todo una cita de respeto y de escucha», y se mostró convencido de que, una vez que pase el martes, se habrá acabado con «la histeria» que suscitaron sus detractores.

Copé, en una entrevista al diario Le Figaro, lo juzgó pertinente porque «el laicismo de 1905 es muy diferente del de 2011» ya que mientras entonces se trataba de «un laicismo de separación y de combate» el de ahora es «de unión para vivir mejor juntos».

Avanzó los puntos que serán tratados en la polémica convención organizada en un hotel de París: la formación de los imanes, los centros de culto, la «redacción de un código del laicismo y de la libertad religiosa», las prácticas o demandas de carácter religioso en hospitales o guarderías o la posible «creación de un diploma sobre el laicismo y los valores republicanos».

El primer ministro, François Fillon, no acudirá al debate aunque su gabinete quiso quitar significado político a esa ausencia, tras los desencuentros que mantuvo con Copé en los últimos días por este asunto, e insistió en que la decisión de no ir se había tomado ya el pasado día 17.

«Es un debate de partido y por tanto no es el lugar para manifestar la posición del Gobierno», precisaron los servicios de Fillon, que añadieron que tampoco asistirá el ministro del Interior, Claude Guéant, que es quien tiene en el Gobierno las competencias sobre la regulación del culto religioso.

El presidente de la Unión de Organizaciones Islámicas de Francia, Fouad Alaoui, denunció en un comunicado que «no es el momento oportuno» para este tipo de debate y que «el islam de Francia no puede servir de instrumento político».

Su declaración se produjo horas después de que los líderes religiosos de las iglesias católica, protestante, ortodoxa, así como de los musulmanes, de los judíos y de los budistas de Francia, hubieran criticado la iniciativa de la UMP ante el riesgo de que se estigmatice a la población musulmana, en un artículo firmado conjuntamente.