Un matrimonio y tres de sus seis hijos fueron asesinados en la noche de ayer en el asentamiento judío de Itamar, al sudeste de Nablus, en la Margen Occidental. Los chicos tenían 11 y 3 años y una beba de un mes. La hija mayor, de 12 años, llegó después de una actividad juvenil a la vivienda, donde descubrió a su familia asesinada. Según fuentes locales, pudo rescatar a otros dos hermanos, de 2 y 6 años y llevarlos a casa de vecinos.
Los dos asesinos lograron huir por la cerca de seguridad, y el ejército rastrilló durante todo el día ayer la zona, pero fuentes militares indicaron que hay signos de responsabilidad por parte de la conducción del grupo fundamentalista islámico Hamas en la Franja de Gaza.
El primer ministro de la Autoridad Palestina, Salam Fayad (del partido Fatah), se apresuró a condenar el atentado y “todo tipo de violencia”.
La policía palestina arrestó a militantes de Hamas . En Rafah, en la Franja de Gaza, en cambio, habitantes palestinos festejaron repartiendo golosinas en las calles de la ciudad.
Según la investigación preliminar del atentado, se produjo una alarma en la cerca de seguridad electrónica a las 21.00 horas. Un habitante del poblado, en turno de guardia, revisó la cerca, interpretó que se trataba de una falsa alarma y no dio aviso a la dotación del ejército próxima. A las 23.00 se produjo una segunda alarma. Al parecer, ambas alarmas correspondieron a la entrada y salida de los dos terroristas, respectivamente.
El atentado signa una grieta en la cooperación entre las fuerzas de seguridad israelíes y palestinas en la Margen Occidental y, de hecho, entre ambos gobiernos, entre quienes reina el congelamiento en las negociaciones de paz.