Esta carta es para solidarizarme con unos amigos judíos que viven en un edificio de Saavedra y denunciar actos de discriminación racial. En el ascensor de este edificio, alguien dibujó una cruz esvástica y escribió “muerte a los judíos” con la intención evidente de que esta familia lo leyera.
Frente a este acto de antisemitismo deseo expresar mi repudio; sumado a que en otra ocasión, bajando en el ascensor, escuché a alguien decir que los judíos y los negros son gente de “m…”, que no deberían existir.
Tengo la esperanza de que esa persona lea esta carta, y que muchos otros la lean. Porque ser judío, ser negro o de cualquier otra religión o raza, no es lo que importa. Debemos respetar lo que las personas son, individual y colectivamente, pertenezca a la etnia que pertenezca. Esto no tiene nada de malo y es algo que no se elige. Lo que sí se elige es la clase de humanos que queremos ser, pues si no nos respetamos unos a otros, independientemente de nuestra etnia, no podremos nunca construir un mundo para todos.
Mal que les pese a aquellos que creen que debe existir cierta clase de raza antes que la diversidad de todas, si estamos en este mundo es porque Dios así lo quiso. Cuando comprendamos que, en realidad, la única raza que existe es la humana, seremos capaces de vivir en paz y armonía.
La familia que fue discriminada y a la cual me refiero son personas que conozco hace muchos años. Una familia buena, generosa y totalmente respetuosa de todos.
Isabel Cardozo
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