PRENSA

Ciro James y Palacios quedaron libres, pero siguen procesados

El ex jefe de la Policía Metropolitana Jorge «Fino» Palacios y el ex empleado porteño y ex policía federal Gerardo Ciro James quedaron ayer en libertad, luego de que la Justicia ordenó excarcelarlos. Aun así, siguen siendo considerados integrantes de una organización dedicada a pinchar teléfonos, por la que está procesado Mauricio Macri.

Los jueces de la Sala I de la Cámara Federal porteña Jorge Ballestero y Eduardo Freiler decidieron excarcelar a Palacios, con una resolución en la que reprendieron duramente al juez federal Norberto Oyarbide, por haberlo mantenido preso. Los camaristas hablaron de la «ceguera» de Oyarbide y le recordaron que su tarea es investigar para llegar a la verdad y no imponer penas anticipadas por medio de la prisión preventiva.

Ante la contundencia del fallo de la Cámara Federal que dejaba libre a Palacios, la abogada de James, Valeria Corbacho -que estaba peleando la excarcelación en la Cámara de Casación-, le pidió nuevamente a Oyarbide la libertad de su cliente. Ahora sí, el juez se la otorgó usando los mismos argumentos que habían esgrimido los camaristas, previo acuerdo del fiscal federal Jorge Di Lello.

Las liberaciones se produjeron cuando la Cámara de Casación también estaba por fallar en este mismo sentido con respecto a James.

Los fallos determinaron que tanto Palacios como James quedaron en libertad bajo palabra y deben presentarse ante Oyarbide el primer y el tercer lunes de cada mes para completar un acta de asistencia.

Palacios fue trasladado en un camión del Servicio Penitenciario a los tribunales de Comodoro Py por la tarde desde el Penal de Marcos Paz, donde estuvo preso desde el 17 de noviembre de 2009 en el pabellón de los procesados por delitos de lesa humanidad. Desde los estrados del juzgado de Oyarbide, vestido de sport, salió libre y se fue en un auto con su familia. «Soy inocente de todas las acusaciones», afirmó. Su abogado Diego Richards, que había pedido 12 veces la excarcelación de su cliente este año, entendió que su cliente nunca debió estar preso.

Con James ocurrió lo mismo. De jeans y remera, con una bolsa de consorcio donde llevaba las cosas que tenía en su celda, se tomó un taxi y se fue a su casa. «Estoy tranquilo», dijo. Su abogada completó: «La mitad de la vida de su hijo la pasó preso, hace tiempo que debía haberse resuelto esto».

La libertad de ambos no afecta en nada el trámite de la causa que mantiene a Macri procesado, con un fallo confirmado por la Cámara Federal, como integrante de una asociación ilícita dedicada a realizar escuchas telefónicas a su cuñado Daniel Leonardo y a Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas de la AMIA.

Sin riesgos

Los camaristas que liberaron a Palacios entendieron que no hay peligro de que el comisario general retirado entorpezca medidas de prueba, que -por otro lado- ya se realizaron. Y le recordaron a Oyarbide que ya le habían tenido que anular un fallo anterior en el que le negaba la excarcelación por falta de fundamentos.

«Pese a ello -dijeron los jueces- vuelve un pronunciamiento que incurre en todos los defectos que este tribunal buscó prevenir. Lo sorprendente de esta ceguera es que el asunto no se remite a una discusión trivial, sino que se compromete la más seria injerencia que puede pensarse en esta etapa del proceso [la de la libertad del imputado].»

Fue entonces cuando le recordaron con abundante cita de jurisprudencia y doctrina que «la prisión preventiva no es un fin en sí misma, sino que es una herramienta, un medio» para evitar, por ejemplo, que entorpezca la investigación. «No es misión del juez instructor sancionar ni imponer una pena; su tarea se vincula exclusivamente con el descubrimiento de la verdad y es allí donde debe concentrar todos sus esfuerzos.»

Así entendieron que Oyarbide «ha fracasado» al intentar demostrar que la libertad de Palacios entrañaba algún riesgo para el caso.

Estas medidas, de todos modos, no alteran el fondo de la causa, que está bajo análisis de la Cámara de Casación. Es el máximo tribunal penal del país quien debe decidir si acepta revisar el procesamiento de Macri y si lo confirma o no y debe resolver si confirma a Oyarbide al frente del caso. Estas medidas son clave, porque si son confirmadas, queda expedito el camino para llegar a un juicio oral y público.

Pero entre los defensores hay quienes opinan que con la libertad de Palacios y James el caso se desinflará y quedará en la nada antes de que Macri deba enfrentar un juicio oral.