Un cirujano judío se marchó del quirófano tras darse cuenta de que su paciente, listo para la operación, tenía un tatuaje nazi en el brazo. «No operaré a su marido, soy judío», aseguró tajante el médico a la esposa del chico, de 36 años, que esperaba en una sala el comienzo de la operación. Según informa el diario alemán ‘Bild’, en la ciudad de Paderborn un médico abandonó a su paciente porque vio un tatuaje que representaba a un águila imperial por encima de una esvástica. El doctor no se lo pensó mucho y encargó a otro cirujano que operara a su paciente. En Alemania, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, está prohibida cualquier demostración pública de símbolos nazis, la ley prevé hasta tres años de reclusión por infringir esta norma.
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