PRENSA

Nota de interés: Salvaje o civilizada, la pena de muerte siempre es criminal. Por Umberto Eco*

Contra la asesina y la adúltera. En EE.UU. o en Irán, dos formas de una misma ley perversa. Teresa Lewis fue ejecutada en octubre en Virginia con una inyección letal; nadie será castigado por su asesinato porque había sido condenada a muerte legalmente. Había planeado el asesinato de su esposo e hijo adoptivo (lo que, por supuesto, era ilegal) y los que la mataron actuaron con la bendición de las autoridades. Y ahora, el presidente iraní Mahmoud Ahmadineyad ha respondido a los exhortos occidentales de clemencia para una supuesta adúltera sentenciada a morir lapidada o ahorcada (el castigo ha sido pospuesto, pero las autoridades afirman que sigue siendo una posibilidad) diciendo en esencia: ¿se quejan porque queremos matar legalmente a una mujer iraní cuando matan legalmente a una estadounidense? Una objeción para la lógica de Ahmadineyad es que la estadounidense orquestó el asesinato de su esposo, mientras la iraní, Sakineh Mohammadi Ashtiani, sólo fue infiel. Y la estadounidense murió sin dolor, mientras la iraní corre el riesgo de morir de forma brutalmente dolorosa. *Escritor y filósofo italiano.