Lo que el domingo había dejado como saldo un «exitoso» operativo policial que permitió rescatar a un centenar de fieles que permanecían rehenes de extremistas en una iglesia católica iraquí, terminó siendo una verdadera masacre, ya que la cifra de fallecidos trepó de una veintena a 57 -la mayoría feligreses-, en un ataque que reivindicó la célula local de Al Qaeda, aunque para el Líbano «tiene el sello de Israel y la ocupación norteamericana, que buscan fomentar la tensión interreligiosa». Mediante una cinta de audio difundida por internet, los integristas del Estado Islámico de Irak demandaron al Vaticano que «presione sobre las iglesias de oriente para lograr la liberación de dos hermanas detenidas o, de lo contrario la muerte golpeará» y lanzaron un ultimátum de 48 horas a Egipto. El mensaje se refiere a un par de mujeres coptas que «se convirtieron al Islam y están retenidas contra su voluntad en un monasterio», denunciaron.
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