Estupefactos quedaron los judíos moldavos, al ver las cruces esvásticas pintadas en la fachada de la Gran Sinagoga de la ciudad de Kishinev, la capital de Moldavia. «Este es un incidente particularmente inquietante, Moldavia no es conocido como un país antisemita», dijo el rabino Zalman Abelsky a las autoridades del diario israelí Ynet News. El incidente despertó gran interés en los medios de comunicación locales, inclusive numerosas figuras públicas expresaron su conmoción en la pantalla chica, por los constantes ataques contra la comunidad judía de su país. El cónsul general de Israel en Moldavia, Stav Nezhinsky, junto a otros líderes de la comunidad judía, concurrieron a la sinagoga en el día de ayer y se comprometieron a invertir el máximo esfuerzo, para eliminar este tipo de incidentes. «Queremos eliminar este fenómeno, queremos que la comunidad judía de Kishinev viva en paz y sin temor de estas organizaciones marginales denominadas neo-nazis” dijo Rabby Abelsky, quien agregó que en sus 20 años en Moldavia hasta el momento jamás había visto «un acto tan humillante en la entrada de la sinagoga.»
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