PRENSA

La división y la intolerancia empañan los actos por el 11-S

Pese a sus repetidos llamados a la unidad y a la tolerancia, el presidente Barack Obama no logró frenar ayer la politización del noveno aniversario de los atentados contra la Torres Gemelas que tuvo lugar en Nueva York “Si no hubiese sido porque el Tea Party convocó a una manifestación para protestar contra la mezquita que quieren construir cerca de la Zona Cero donde cayeron las Torres Gemelas yo no estaría aquí”, dijo a Clarín Daniel Vila, un portorriqueño que participó en una manifestación a favor de la mezquita que reunió en Park Plaza a centenares de personas. “La derecha está utilizando este aniversario para atacar a todos los inmigrantes, particularmente a los musulmanes y a Obama, a quien acusan de ser musulmán como si eso fuera un pecado. No nos equivoquemos: esto es pura xenofobia y racismo. Esto es un ataque también contra los hispanos”, agregó Vila. A su lado, estaba el musulmán Muhamad Kahn. “Nosotros no somos terroristas. Nosotros jamás hemos apoyado al terrorismo. El islam no es una religión terrorista”, dijo a esta corresponsal. A dos cuadras, en la manifestación convocada por el Tea Party y una organización llamada “Detengan la islamización de Estados Unidos”, el mensaje fue evidentemente muy diferente.Vestido con pantalones confeccionados con el género de una bandera estadounidense, llevando sobre sus hombros una cruz blanca que decía “Confiamos en Dios”, estaba Douglas Schmidt, de 42 años, quien explicó a Clarín que está en contra de la polémica mezquita porque “el islamismo es una religión que predica el odio y el terrorismo. Estoy aquí para defender los valores más fundamentales de mis país, que son los valores del cristianismo”.