Con la fiesta de Eid al Fitr, la comunidad islámica celebró ayer el final del Mes de Ramadán, un tiempo de purificación espiritual caracterizado por el ayuno, la introspección y la ayuda al prójimo. Y que constituye uno de los cinco pilares junto con la profesión de fe, la oración, la limosna y –al menos una vez en la vida, siempre que tenga las condiciones económicas– la peregrinación a La Meca. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner participó ayer de la festividad con ocasión de una visita que realizó a la sede del Centro Islámico de la República Argentina (CIRA). La mandataria subrayó allí el mensaje de paz y concordia del Islam como el de todas las religiones. “Ninguno de nuestros credos puede impulsar el enfrentamiento con otra religión”, señaló. También dijo que “los dioses no son blindados, sino misericordiosos por sobre todas las cosas. Estoy acá –puntualizó– para mostrarle a la Argentina y al mundo que somos capaces de tener este nivel de comprensión”. Admitió que “no me gusta hablar de tolerancia porque ello implica que hay que aguantar al otro y acá no se trata de aguantar, sino de respetar y aceptar”. Por su parte, el presidente del CIRA, Samir Salech, consideró como “un hito muy importante” la visita de la presidenta porque “es la primera vez que nos viene a traer las salutaciones un primer mandatario”. Además de que coincide con “la celebración del Bicentenario de la patria, gracias a Dios en democracia”.
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