PRENSA

Debemos auspiciar la denuncia contra los victimarios de la discriminación Por Marisa Braylan (*)

Tras la presentación del martes 29 de junio pasado, en el Concejo Deliberante de la Ciudad de Mar del Plata, del libro “Exclusión e inclusión. El problema de los colectivos discriminados”, elaborado por el centro de Estudios Sociales de la DAIA (CES), señalamos algunas reflexiones.

Esta publicación ve por primera vez la luz como trabajo de investigación de entidad propia, disgregado del “Informe anual sobre antisemitismo en la Argentina”, que la DAIA edita, ininterrumpidamente, desde hace once años.

Esta decisión tuvo por fundamento proporcionar información académica sobre la vulnerabilidad que sufren diecisiete colectivos en nuestro país, dando cuenta del camino que nos falta recorrer, como sociedad, para que sea una realidad palpable y para todos, el ejercicio pleno del derecho a la igualdad.

La discriminación y el prejuicio son mecanismos que delatan dificultades en los vínculos sociales, los contextos históricos y las coyunturas son los soportes propiciatorios para su desarrollo. Siempre estamos a tiempo de suspender la marcha hacia el marcaje y la exclusión. Pero para ello, hay que trabajar por la desnaturalización de prácticas que, de habituales, se asumen como inherentes e inmanejables.

Por ello, y más allá de quién sea la víctima ocasional del atropello, es nuestro deber auspiciar la denuncia atenta contra los victimarios. Este es el modo más eficaz y noble de legitimar todas las luchas por la protección de los Derechos Humanos.

Que el titular de la Intendencia de Mar del Plata, Gustavo Arnoldo Pulti, haya recibido en mano el libro, y la posibilidad de presentarlo en el Concejo Deliberante, sitio en el que por definición se invita al debate democrático, da cuenta de un compromiso concreto por disolver los avatares aun presentes en nuestra convivencia.

(*) Directora CES-DAIA