PRENSA

Israel se esfuerza por recomponer relaciones plenas con Turquía

El ataque de mayo pasado a la flotilla que llevaba ayuda humanitaria a los palestinos de Gaza, en el que murieron nueve ciudadanos turcos, interrumpió años de amistoso intercambio comercial y diplomático entre los dos países.

Elías L. Benarroch

Israel intenta restablecer sus relaciones con Turquía a través de una silenciosa campaña diplomática, consciente de que el romance de los años noventa no se repetirá sin cambios políticos de alcance regional.
Las gestiones, que se desarrollan mientras organizaciones humanitarias turcas preparan la partida de una segunda flotilla con ayuda para la población palestina de Gaza, corren por cuenta de Uzi Arad, hombre de confianza y asesor en seguridad del primer ministro israelí, Beniamín Netanyahu.
Desde varias semanas antes del sangriento ataque israelí a la Flotilla de la Libertad, en el que murieron nueve activistas turcos, Arad dialoga con asesores directos del primer ministro Recep Tayyip Erdogán y del ministro de Relaciones Exteriores, Ahmed Davutoglu. Según el diario Yediot Aharonot, aunque los contactos no han dado ningún fruto, aún se mantienen con la intención de que no se produzca una “desconexión absoluta” y con la certeza de que ninguna de las dos partes está interesada en que ello ocurra.
Las relaciones políticas y diplomáticas entre Ankara y Tel Aviv se remontan a 1949 –pocos meses después de la creación del Estado de Israel, en 1948– pero sólo comenzaron a transformarse en una alianza militar y económica perdurable a partir de 1992, con intercambios comerciales que en algún momento superaron los 3.500 millones de dólares y un masivo turismo, especialmente israelí (más de medio millón de personas al año).
Dos semanas después del abordaje de la Flotilla, la persistente demanda turca de que Israel pida perdón por la muerte de los activistas y someta el asalto a una investigación internacional hacen predecir dentro del Ministerio israelí de Relaciones Exteriores que, a corto y mediano plazo, las relaciones seguirán al más bajo nivel. Ankara, que llamó a consulta a su embajador en Tel Aviv el mismo día del ataque, podría también romper relaciones, prevén algunos diplomáticos citados por la agencia EFE.
Esta visión es compartida por Efraim Inbar, director del Centro Begin-Sadat de Estudios Estratégicos de la Universidad Bar Ilán, de Israel, para quien en el tema del deterioro de las relaciones Israel tiene poco para hacer. “La postura de hostilidad adoptada por Turquía forma parte de una importante transformación de su política exterior (…) que la lleva a un distanciamiento de Occidente”, explicó en un artículo.
Inbar representa a una corriente mayoritaria que piensa que la orientación islámica de Erdogán, aunque moderada en un principio, está llevando a Turquía hacia el islamismo radical de Irán y el movimiento palestino Hamas.
Ejemplos de la afinidad de Erdogán con esos gobiernos y movimientos no le faltan a esta corriente, que sostiene que sólo la elección de un ejecutivo laico en Ankara podría rearmar la ya desmoronada alianza con Israel. Para Alón Liel, ex director del Consejo de Relaciones Empresariales Turquía-Israel, el argumento “parece infundado” porque olvida la historia de las relaciones bilaterales. Liel, que integró la delegación diplomática en Turquía a principios de los ochenta y, veinte años después, fue director general del Ministerio de Relaciones Exteriores, asegura que “desde siemprelas relaciones bilaterales han dependido de la coyuntura regional”.
Consultado sobre qué factores pueden disipar la crisis y abrir un ciclo de reconciliación, Liel coincide con Inbar en que a nivel bilateral hay muy poco para hacer.
Pero asegura que un desarrollo de alcance regional puede incidir positivamente, y propone un proceso de paz estable con Siria o los palestinos que, a su vez, reduzca el aislamiento de la organización Hamás.